El líder de Nirvana sigue siendo un gran negocio y ahora subastaron una caricatura: ¿Cuánto pagaron?
Todo se vende: primero fue una guitarra, después su cardigan y hace una semanas un mechón de pelo.
Una caricatura de Kurt Cobain, la leyenda de Nirvana y de Smells Like Teen Spirit tocando su guitarra, que incluye la frase “¡No sé tocar y no me importa un carajo!” fue vendida por casi 300 mil dólares en una subasta.
El dibujo, incluido en las ventas que organiza la Julien’s Auctions Music Icons, una suerte de remate del mundo de la música con lotes que incluyen instrumentos, memorabilia, recuerdos y otros bienes de personalidades del ambiente, está firmado así: “Kurdt Kobain Rock Star (sic)”.
Cobain se suicidó en 1994. De él se han subastado hasta mechones de pelo. El dibujo estaba en manos de un tal Jacque Chong, quien supo fotografiar a la banda en su gira promocional de Nevermind, en Singapur en 1992.
Lo Cobainmania se consagró luego de los mechones rubios que se vendieron por 14.445 dólares. Los pelos del rockero pasaron también bajo el martillo glamoroso de la Amazing Music Auction de Iconic Auctions.
El cabello en cuestión era aún más antiguo que el dibujo, y se había mantenido guardado en una cajita desde la gira de Nirvana en 1989, cuando salía a promocionar su álbum Bleach.
Esa historia revela que la amiga de Kurt, Tessa Osbourne, y un fan le habían emparejado un poco la cola de caballo en un local de Birmingham, Inglaterra. Luego, la peluquera le dio el cabello a la artista plástica de Seattle Nicole DePolo. Pero ese pase de manos ocurrió tras la muerte del ídolo.
El año pasado fue el turno de la famosa la guitarra acústica que Kurt había usado en la consagratoria actuación de 1993, dentro del ciclo MTV Unplugged de New York, que se vendió por un récord de 6 millones de dólares en una subasta.A la fecha, ese instrumento rompió cualquier récord de venta en lo que respecta al rubro guitarras.
Un cárdigan que también usó en el acústico, también propiedad de Kurt, se vendió en una subasta en 2019 por 334 mil dólares.La prenda de vestir se transformó en un icono cultural sin precedentes: fue la chaqueta de lana más cara jamás vendida en una subasta y además, al momento del remate, ese abrigo llevaba medio siglo de existencia.