Una foto y una tremenda historia cargada de feminismo, desigualdades y pequeños gesto que cambiaron la historia.
Nos traladamos a Los Ángeles en 1950 cuando a Ella Fitzgerald, reina del Jazz y primera dama de la canción no se le permitía actuar en el club nocturno más popular de Hollywood, The Mocambo.
Los motivos eran los típicos de la época: Por ser afrodecendiente y por su tipo de cuerpo. Situación que al día de hoy nos parecería increible, aunque sigue pasando.
Pero la historias no termina allí y aparece Marylin Monroe, actriz e ícono mundial, que era gran fan de Ella. Cuando se enteró de la situación, llamó al dueño del club y le dijo que si le permitía tocar a la cantante, ella estaría allí todas las noches, lo cual lo beneficiaría con la cantidad de prensa que atraería.
El hombre accedió y Monroe estuvo presente todas las noches en primera fila, lo que garantizaba una gran cobertura de prensa.
Ella Fitzgerald dijo: “Después de eso, nunca más tuve que volver a tocar en ningún pequeño club. Marylin era una mujer fuera de lo común, adelantada a su época y ella ni siquiera se daba cuenta”.
Este tipo de situaciones nos das un gran ejemplo de lo que se puede lograr si nos apoyamos.
Fotografía: Bettmann Archive.
Jujuy A Diario
Andrea M. Cabrera
