Argentina está en el huso horario incorrecto: qué dice la ciencia y por qué cambiarlo

Un proyecto legislativo reflota el debate sobre si el país debería adaptar su horario a su posición geográfica real.

En medio de un contexto de crisis energética y debates por el consumo, un nuevo proyecto de ley encendió el reloj político y científico: ¿Argentina vive con la hora equivocada? El diputado nacional Julio Cobos propuso modificar el huso horario oficial del país, argumentando que el actual desfase con respecto al horario solar afecta tanto el rendimiento como la salud de las personas.

Hoy Argentina opera bajo el huso horario UTC-3, pero según el exvicepresidente, la mayor parte del territorio nacional se encuentra geográficamente en UTC-4, e incluso algunas zonas cordilleranas en UTC-5. Este desfase, aunque parezca menor, podría tener consecuencias reales: desde el consumo energético hasta el desempeño escolar.

Científicos como María Juliana Leone, especialista en cronobiología del Conicet y docente en la Escuela de Gobierno, respaldan la propuesta desde una mirada biológica. Según explica, el cuerpo humano sigue un “reloj interno” que se regula por la exposición a la luz solar. Si los horarios sociales —como los laborales o escolares— no coinciden con los ciclos naturales de luz y oscuridad, pueden generarse alteraciones en el sueño, el estado de ánimo y la productividad.

“Casi todo el país está desincronizado con el sol. Cambiar al huso correcto no solo sería más coherente con nuestra ubicación en el mundo, sino que también tendría beneficios tangibles para la salud pública, el aprendizaje y hasta el consumo energético”, señala Leone. Desde su visión, una mejor alineación entre la hora oficial y la luz solar implicaría, por ejemplo, que adolescentes —más proclives a hábitos nocturnos— lleguen a la escuela más descansados y con mayor luz natural.

Aunque la discusión no es nueva, el contexto actual de tarifas en alza y tensiones por el uso racional de la energía le da un nuevo impulso.