Las altas temperaturas de verano traen consigo las alertas por olas de calor, vuelven a poner el foco en la correcta hidratación que, si bien es importante a lo largo de todo el año, el consumo de agua es necesariamente fundamental en los próximos meses.
Adultos mayores, embarazadas y niños pequeños conforman los grupos más vulnerables ante la deshidratación, y es clave insistir en la incorporación de la ingesta adecuada de agua, sobre la cual los especialistas coinciden en no esperar a tener sed para hidratarse.
Es importante hacerlo para prevenir un golpe de calor, es conveniente tomar más líquido del habitual, eligiendo “agua segura” ante otro tipo de bebidas.
La necesidad de consumir agua varía a lo largo de la vida y depende de diferentes situaciones como el estrés crónico, el ejercicio físico, temperaturas extremas de mucho calor y fiebre, entre otras. Más de la mitad del peso corporal de una persona se debe al agua, por lo que si estos niveles están bajos la deshidratación puede presentarse de distintas maneras.
Cansancio, dolor de cabeza, cambios en el estado de ánimo y problemas de concentración, son algunos síntomas leves. Por otro lado, puede que la persona sienta sed, con la boca seca, orine con poca frecuencia (menos de 4 veces al día), se sienta mareada o pueda llegar a desmayarse
Sustancias como la cafeína y el alcohol aumentan las pérdidas de agua por orina, debido a su efecto diurético.
La ingesta es preferible que sea principalmente por la mañana, mediodía, tarde y no tanto por la noche para descansar.
En caso de no tener agua corriente, se puede convertir en “agua segura” la hallada en otras fuentes como pozos y aljibes añadiéndoles dos gotitas de lavandina.
Medidas preventivas por las altas temperaturas
- Tomar agua segura con frecuencia, aunque no se sienta sed.
- Moderar el consumo de bebidas con cafeína o alcohol ya que pueden hacer perder mayor líquido corporal.
- Prestar especial atención a bebés, niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades que puedan agravarse con el calor y la deshidratación.
- Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que uno lo necesite.
- Moderar la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas más calurosas, luego del mediodía.
- Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
- Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor, como son las ensaladas, frutas, verduras y jugos, entre otras.
- Consultar al médico ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
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