JUJUY A DIARIO

Nos queda la esperanza: Las mujeres perseverantes de la Puna sorprenden al mundo

La Asociación Warmi  Sayajsunqo nació en Abra Pampa (Jujuy) durante la crisis económica de 1995. Hoy, en plena Pandemia, este grupo de mujeres valientes desafía a la adversidad. Sus hilados ancestrales son furor en EEUU y Europa.

Por Guillermo Lobo

En la Puna argentina, a 3.500 metros sobre el nivel del mar, el mundo se percibe diferente. El tiempo se detiene en la geografía y en cada rostro curtido. Hay montañas, un paisaje árido y húmedo a la vez, el silencio profundo que permite reencontrarse con la naturaleza esencial y pobladores que honran a sus ancestros, respetan a la tierra (Pachamama) y procuran equidad con conciencia social y alma emprendedora.

En esos parajes, exactamente en Pueblo Viejo (20 km al norte de Abra Pampa), viven Rosario y Rubén Quispe, originarios del lugar, dedicados a la cría de la reina de las alturas, la llama. Con su lana –la esquilan en forma manual–, producen hilo y fabrican artesanalmente prendas signadas por el legado de sus ancestros. Diariamente agradecen y valoran todo lo que la Pachamama les da y solo sacan de la tierra lo que necesitan, el resto lo dejan ahí, para que lo puedan disfrutar las futuras generaciones.

Esa concepción de la vida, impulsó a Rosario, a crear, en 1995, junto a otras nueve mujeres, la Asociación Warmi Sayajsunqo, que en castellano significa “Mujeres perseverantes”, con el objetivo de capacitarse, buscar información y ver la forma de generar fuentes de trabajo para su comunidad.

Rosario recuerda y agradece: “La Pachamama es sabia. Hizo que pudiéramos unirnos a empresarios que comprenden nuestra forma de vida, nuestro amor por lo nuestro. Con Gastón Arostegui y el equipo nos entendimos desde el inicio y formamos un grupo que quiere lo mejor para la comunidad”. Los tejidos de la Warmi se exportan a Europa y EEUU. Pero cada dólar, cada Euro, cada peso, se vuelca en mejoras para la comunidad y sus productores.

Los miembros de la asociación fueron aumentando sustancialmente y lograron mejoras para el sistema de salud, se organizaron para comercializar artesanías y trabajaron para inaugurar la primera universidad en la Puna. Ya se recibieron médicos y abogados. Estas Mujeres Perseverantes le dieron a decenas de jóvenes dos tesoros preciados en la Puna: Educación y Libertad.

Para mejor, la Warmi  Sayajsun estableció un sistema de microcréditos comunitarios para estimular los pequeños emprendimientos. La tasa de morosidad/incobrables es: 0 (cero)

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Sin dudas, uno de los mayores logros de esta asociación, ha sido el rescate de una de las hilanderías icónicas de la zona, que había sido inaugurada en 1922 y luego sufrió 100 años de abandono. En 2014, Juan Collado y su equipo, en alianza con este grupo de mujeres, pusieron en pie la Hilandería Warmi.

“Elaboramos productos que intentan transmitir identidad, cultura y tradición de lo que somos”, dice Collado. ¿Y qué son? Son una empresa social, asentada en Abra pampa, en la que convergen emprendedores, empresarios y comunidades andinas con un sello especial: el trabajo artesanal se fusiona con la tecnología y se sustenta en la cría de camélidos y ovinos, en el trabajo justo y en condiciones ambientales dignas, y en la sabiduría ancestral para generar prendas únicas, de calidad y propias de la región (ponchos, chalinas, mantas).

Gastón Arostegui (Director de Hilanderías Warmi) detalla que “el emprendimiento funciona generando los principios del comercio justo y los productos exportan a Alemania, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y todo esto ha generado un círculo virtuoso con cambios importantes en nuestra zona de influencia”. Entre los beneficios individuales y sociales, se encuentran la capacitación de los productores, el cambio para mejorar la crianza y manejo de los corrales, todo lo que implica un gran impulso e impacto económico, social y ambiental.

Es real, allá en el extremo Norte del país, en nuestra Puna, el mundo se percibe y es diferente porque hay un grupo de gente que nunca se rindió. Reconvierten lo esencial para generar un presente mejor y dejar un futuro promisorio para sus descendientes. En momentos de virus, vacunas y sueros, estas Mujeres Perseverantes hilan un remedio que no se consigue en frascos ni jeringas… esa cura ellos la llaman “Suyay” que significa “Esperanza” en el idioma propio de las Warmi  Sayajsunqo.

Guillermo Lobo

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