José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y exlíder guerrillero, falleció a los 89 años tras una larga lucha contra un cáncer de esófago e hígado. Su muerte fue confirmada por el presidente uruguayo Yamandú Orsi, quien destacó su legado como presidente, militante y referente político, y su profundo amor por su pueblo.
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Mujica fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, conocido por su estilo de vida austero y su discurso moderado desde la izquierda. Antes de su presidencia, fue militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros en los años 60 y 70, periodo durante el cual estuvo encarcelado y torturado durante 14 años por su participación en la guerrilla. Su experiencia personal influyó en su compromiso con la paz y el diálogo, especialmente en procesos como el de Colombia.
Su figura trascendió fronteras por su coherencia, sencillez y defensa de la reconciliación y la justicia social. Mujica fue un símbolo de la izquierda latinoamericana y un oráculo de la austeridad, conocido como “el presidente más pobre del mundo” por su estilo de vida humilde y su rechazo al consumismo.
El fallecimiento de Mujica ha generado múltiples reacciones en América Latina, donde es recordado como un defensor del diálogo y la paz. Su legado político y humano sigue vigente en quienes luchan por una sociedad más justa y pacífica.