Messi y James, al borde de las piñas: qué se dijeron en plena cancha

Un roce de vieja data terminó en insultos, empujones y un segundo tiempo que fue pura batalla campal.

Lo que empezó como un clásico amistoso de eliminatorias entre Argentina y Colombia terminó siendo un verdadero campo de batalla. Todo estalló cuando Lionel Messi y James Rodríguez, dos cracks con historia, chocaron en la mitad de la cancha y se dijeron de todo. Según testigos cercanos a la jugada, el capitán argentino no dudó en encarar a James con un reproche picante: “Vos hablaste de más en ese momento, hablaste mucho y no tenías que hacerlo”, lanzó Messi, recordando declaraciones del colombiano tras la final de la Copa América 2024.

James no se achicó. Se le plantó de frente y gritó: “¿De qué me hablás si yo no dije nada, ¡¿de qué me hablás?!” El cruce fue breve, pero hiriente. Messi siguió: “Dijiste que nos ayudaron, estuviste mal, bocón”. El 10 argentino venía con la espina clavada desde hacía un año y aprovechó el momento para cobrarse la deuda. A partir de ahí, el partido cambió de tono: se sumaron otros jugadores, los roces se multiplicaron y el Monumental se convirtió en un ring con gradas.

Enzo Fernández fue quien pagó los platos rotos: metió un planchazo criminal a Kevin Castaño, que terminó con la cara marcada y sangrando. Roja directa para el ex River y clima tenso para el resto del encuentro. El segundo tiempo fue más pelea que fútbol. Otamendi le gritó “cerrá el culo, gil” a Richard Ríos, mientras De Paul se paseaba insultando a los colombianos: “¿Sabés lo que te falta a vos? ¡Tomar leche!” gritaba con los dientes apretados. Hasta Paredes invitó a pelear a medio equipo rival.

Ni siquiera Dibu Martínez, que suele prenderse en todas, logró calmar el desbande. Al final, Scaloni fue uno de los pocos que intentó poner paños fríos: “Esto no es lo que queremos ver en nuestra selección”, dijo en conferencia. Pero el daño ya estaba hecho. Un empate 1 a 1 con sabor a guerra fría… o más bien caliente. En la cancha hubo goles, sí, pero lo que nadie va a olvidar es el “¡callate, bocón!” que reavivó una vieja bronca.