JUJUY A DIARIO

Historia de la Iglesia Matriz de Jujuy

Muchas obras de arte dejo España, pocas sin embargo tan bellas como las dedicadas a la divinidad, altares, retablos, púlpitos. Por ello no es de extrañar muy pronto luego de la fundación de la ciudad de San Salvador de Jujuy, ya se pensara en la construcción de la Iglesia Matriz, que con el tiempo se convertirá en nuestra Iglesia Catedral Basílica.

Los fundadores de Jujuy eran gente muy pobre, recordemos que el dinero para la fundación de la ciudad lo donó de su propia fortuna la esposa de Argañaraz y Murguía doña Bernardina Mejía de Miraval. El lugar de construcción del templo fue el mismo donde se encuentra actualmente con la diferencia que junto al mismo y ocupando casi toda la manzana se encontraba el cementerio parroquial.

Según los documentos los trabajos comenzaron en el año 1606, con dimensiones que no son las actuales ya que los habitantes eran escasos, fue una modesta capilla en la que se trabajó muy lentamente por falta de recursos o escasez de materiales, llegado el año 1611 se pudo terminar el techo con lo cual ya pudo cumplir con el culto divino para el cual fue hecho.

Por aquel entonces vivía en la ciudad un caballero llamado Don Alonso de Tobar que realizo una muy importante donación de 30 pesos fuertes, ese dinero fue destinado para el campanario, la torre era humilde y no de mucha altura, parecida a la de las capillas del norte jujeño, ya que el adobe no permitía construir torres de mucha altura, en el campanario se puso una campana fundida por Don Pedro Diaz de Pereyra, donada por Don Juan Ochoa de Zárate, ésta no fue la primera campana del templo sino que vino a reemplazar una anterior rajada y sin sonido.

 El maestro mayor de obras encargado de la construcción fue Alonso de la Plaza, para el año 1621 se tuvo que apuntalar la estructura que corría peligro de derrumbe debido a las lluvias, los escritos decían que para el año 1631 el techo y las paredes se habían venido abajo, debido a esto las misas y ceremonias se trasladaron a la Iglesia San Francisco.

 El clamor popular exigió la reconstrucción del templo por esa razón el Ayuntamiento   nombró al capitán Don Diego de Iñiguez de Chavarri y a Don Juan Ochoa de Zárate que pidieron contribuciones a los vecinos para poder llevar a cabo la obra, también se pedía la cesión de indios y mitayos para ayudar con la construcción, ocurre durante estos años  un alzamiento de indígenas calchaquíes que paraliza la construcción y todos los esfuerzos se pusieron en el rechazo de las invasiones indígenas, para colmo el carpintero que había sido contratado para la tarea y a quien se le había adelantado el dinero no cumplió con lo establecido.

Se consiguió a medias lo propuesto y en el año 1640 no se había techado todavía el templo, hacía las veces de parroquia mientras que los oficios religiosos se llevaban a cabo en la Capilla de San Roque, por aquellos días un tal Diego Hernández se comprometió a concluir la obra, pero luego de haberle entregado unos dineros se fue de San Salvador de Jujuy sin terminar la obra. En el año 1691 el templo estaba prácticamente en ruinas lo que lleva a las autoridades a iniciar una nueva construcción, un violento terremoto casi la hace desaparecer por lo que el culto se trasladó nuevamente a la capilla de San Roque.

Hay referencias que para la nueva construcción se utilizaron los cimientos y alguna pared de la primitiva iglesia, lo cierto es que para el año 1736 todavía funcionaba la parroquia fuera de verdadero sitio. Acá hay un dato importante y poco conocido, el dinero para la construcción de la Iglesia Matriz fue donado por don Agustín de Leiza y de la Tijera incluido el púlpito.

Don Agustín, hijo de un piadoso hogar había nacido en la Villa de Andoaín en España, el 22 de julio de 1694, luego emigró al Virreinato del Perú, llegado a Bs. As. de inmediato se vino hasta Jujuy donde estableció un floreciente comercio de importación y exportación dedicándose al rubro de telas y cueros y luego a la ganadería, con estas actividades ganó mucho dinero que empleó en obras de bien público y en la caridad cristiana, muchas de sus obras se conservan como la Catedral y la Iglesia Santa Bárbara, otras como la Iglesia de la Merced (ubicada en la actual calle San Martín) ya no existe más.

Las obras emprendidas en la Catedral fueron concluidas durante el año 1763, fue dotada con todo lo suntuoso de la época, lo que no se pudo conseguir en América se trajo directamente desde España, como ser la imagen del Cristo Yacente, la Virgen Dolorosa y el Apóstol San Juan. Desde el Cuzco y de la Imperial Villa del Potosí se trajeron los cuadros (cerca de 20) y las campanas se fundieron en Jujuy.

La Iglesia Matriz de Jujuy fue bendecida solemnemente por el Obispo de Córdoba Manuel de Abad e Iliana en su paso hacia la localidad de Charcas. La histórica Iglesia de Jujuy sufrió modificaciones a lo largo de la historia, el Padre Zegada reformó parte del altar mayor y retiró el retablo, haciendo pintar la bóveda de la parte que da al presbiterio el cuadro de la Transfiguración del Señor, en el año 1906 el Vicario Monseñor José de la Iglesia junto al arquitecto Palazzo realizaron la ultima reforma, se destruyó el altar mayor, y se quitaron los retablos y zócalos tallados reemplazándolos por telas pintadas.

En marzo de 1935 llega a San Salvador de Jujuy el primer Obispo Diocesano de Jujuy, Monseñor Enrique Muhn, la iglesia matriz se convierte en Iglesia Catedral por bula de su Santidad Pio XI “Nobilis Argentinas Nationis” luego de esto la Iglesia paso por un momento difícil ya que habia que deshacerse de muchas cosas de valor incalculable debido a que no servían para el culto por las polillas o estaban arruinados por la humedad, en esta época también Monseñor encargo desde Alemania un hermoso órgano, fundó también un coro.

Esta es la historia de nuestra Iglesia Catedral Basílica, símbolo de la historia y de la fe del pueblo jujeño desde sus comienzos.

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