Andrea M. CabreraEste martes Ledesma inició la zafra con una misa y un acto en el playón de su fábrica de azúcar que contó con la presencia de funcionarios y empresarios provinciales.
La empresa jujeña dio inicio a la zafra con la que se fabrica azúcar, papel, alcohol, bioetanol, cuadernos y repuestos y productos electrolíticos.
Este año, el ingenio tiene la expectativa está puesta en la producción de vajilla descartable de caña de azúcar, y, de acuerdo a las palabras del gerente general de la compañía, Javier Goñi, que en su discurso señaló que esperan además producir un 8% más que el año 2023, “con lo cual podríamos llegar a las 3.500.000 toneladas entre caña propia y de cañeros, pero es necesario esperar a las condiciones climáticas del invierno para saber si tendrán el contenido sacarino que necesitamos para la producción de azúcar y de alcohol”.
Para que esto sea posible, destacó que se requiere una importante reinversión de lo producido de forma sostenida, “este año vamos a invertir 12 millones de dólares en la tecnificación del agro, la renovación de cañaverales y equipamiento”.
También se refirió a las condiciones del tiempo en el último tiempo, manifestando que “veníamos de 3 años de sequía, donde fueron claves las inversiones realizadas para un mejor aprovechamiento del agua, y la iniciativa del programa ‘Una vuelta más’”.
Por su parte, señaló que, si bien en los últimos meses la situación mejoró, “seguimos debajo de los registros históricos y lo que cambió fue la distribución a lo largo del año, tuvimos un período seco entre fines de enero y principios de febrero, algo que es muy importante para que la caña crezca de forma pareja”, explicó.
Asimismo, indicó que este promedio de lluvias fue potenciado por “el aporte del riego propio, para lo que seguimos haciendo obras, entre ellas el 2º proyecto de riego presurizado por altura, y en esta primavera que nos resta el 3º módulo”
También se refirió a dos claves para este 2024: Un fuerte programa de exportaciones y la previsibilidad del Plan de Bioetanol, el primero que, según explicó, espera exportar 500 mil toneladas de azúcar, y el segundo, “para que se produzca todo el alcohol que sea posible y llegar a los 600 mil metros cúbicos. Ambos generan divisas y el segundo, además, evita la importación de naftas y reemplaza los combustibles fósiles por una fuente renovable que deja una huella de carbono mucho menor”.
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