Katherine Vilte Mamaní fue asesinada en el año 2011 en Palpalá, la joven había asistido a un evento público en el cine teatro Altos Hornos Zapla y nunca más fue vista con vida. Su familia continúa pidiendo justicia, y es que tras 12 años no hay ningún detenido por este lamentable hecho.
La madre de la joven, Florinda Mamaní, se quebró al recordar a la joven y expresó: “No puedo revivir este dolor que sigo pasando, no puedo alzar la foto de mi hija pidiendo justicia cuando ella debería estar conmigo. Solamente pido justicia para que mi hija descanse en paz”.
Por otra parte, Elvira Ramos, tía de Kathy, manifestó que, tras doce años, la investigación sigue sin avanzar, y denunció amenazas a algunos de sus abogados y falta de ayuda por parte de los letrados del centro de asistencia a la víctima, ella cree que los responsables de este hecho son personas con algún tipo de poder. “No puede ser que mendiguemos justicia cuando el estado nos tiene que apoyar”, declaró.
Podés escuchar las palabras de la familia, en la nota.
Los hechos
El cuerpo de “Khaty” Vilte Mamaní fue hallado ese 27 de mayo del 2011 por un hombre que junto a sus perros, se dirigía hacia el santuario del “Gauchito Gil” por un sector del terreno baldío ubicado entre la ruta provincial Nº 1 y la calle Barón de Holmberg, del barrio siderúrgico Martijena.
En su relato el hombre dijo que sus canes se habían internado en la zona cubierta por pasto cubano y ante la demora de sus perros, fue a ver lo qué pasaba y se encontró con el horrible cuadro.
Según versiones de aquel momento él o los asesinos habrían intentado quemar a Katherine Vilte, aparentemente cuando la víctima aún se encontraba con vida, puesto que de las pericias había surgido que el cadáver de la joven tenía humo en sus pulmones.
Por otro lado se supo que la causa de muerte de “Khaty” se había producido a raíz de un fuerte golpe en la cabeza, al parecer, ocasionado por una piedra.
Además, el cadáver presentaba rastros de quemaduras en el hombro, el pecho y el lado izquierdo del tronco, como también en sus miembros inferiores.
El entonces juez de Instrucción Penal Nº 3, Eduardo Gutiérrez, nunca brindó información de los hechos y puso el caso bajo un “secreto de sumario”, que se extendió hasta que el expediente del mismo pasó a manos del Juzgado de Instrucción de Causas Ley Nº 3.584, a cargo del entonces juez Javier Aróstegui y la fiscal María Cravero de Savio, nunca avanzó la investigación