La emblemática empresa familiar se enfrenta a un futuro incierto. ¿Cómo impactará la crisis económica en las marcas que marcaron la infancia de generaciones?
Georgalos, una de las compañías más queridas de la industria alimentaria argentina, atraviesa una crisis financiera que pone en riesgo el futuro de sus productos más emblemáticos, como Mantecol, Toddy y Palitos de la Selva. En medio de una caída pronunciada del consumo masivo, la firma decidió tomar una drástica medida: contratar al Banco Santander para explorar opciones de financiamiento, buscando inversores o posibles compradores. La empresa busca reunir hasta 200 millones de dólares para modernizar sus plantas y expandir sus operaciones en América Latina.
El emblema de la marca, Mantecol, ha sido un sinónimo de la compañía durante décadas. Sin embargo, el contexto económico actual ha obligado a Georgalos a replantear su estrategia. A pesar de las especulaciones sobre una posible venta de la icónica golosina, fuentes cercanas a la empresa aseguran que su intención no es deshacerse de la marca, sino más bien encontrar socios estratégicos para fortalecer la infraestructura y relanzar nuevos productos. La meta es mantener la tradición de la firma y potenciar su presencia en mercados como Chile, Uruguay y Colombia.
Georgalos fue fundada en 1939 por el inmigrante griego Miguel Georgalos, y desde entonces se convirtió en un referente de la industria alimenticia argentina. A lo largo de los años, la compañía ha sido responsable de una amplia gama de golosinas que incluyen desde Mantecol hasta los populares Palitos de la Selva. Sin embargo, la empresa también ha tenido que hacer frente a momentos difíciles, como en 2001, cuando vendió Mantecol a Cadbury Schweppes debido a problemas financieros. Fue solo en 2022 cuando la familia recuperó la marca, un hito que marcó un renacer para la firma.
A pesar de las dificultades actuales, Georgalos sigue apostando por el crecimiento. La dirección de la empresa, encabezada por Miguel Zonnaras, nieto del fundador, asegura que el proceso de búsqueda de fondos no es un adiós a su legado, sino una estrategia para asegurar su futuro. Con planes de invertir en la planta de Río Segundo y seguir ampliando su presencia en la región, la compañía espera superar la adversidad y mantener el vínculo emocional con millones de argentinos que crecieron con sus productos.
Mientras tanto, el consumo masivo sigue cayendo: en 2024, el sector sufrió una contracción del 13,9%, y las golosinas fueron uno de los rubros más afectados. La situación es compleja, pero Georgalos sigue confiando en que, con el apoyo adecuado, podrá seguir siendo un pilar de la industria alimenticia argentina. Por ahora, la empresa busca financiamiento y socios estratégicos, pero sin dejar atrás su rica tradición. La historia de Georgalos aún no ha llegado a su fin, aunque el futuro, por el momento, parece incierto.