El electricista Tony Finn denunció a su empresa por su despido ya que su supervisor le había hecho comentarios despectivos sobre su calvicie
Llamar “calvo” a un hombre constituye un acto de acoso sexual, dictaminó un tribunal del Reino Unido. Y todo viene como consecuencia de un ciudadano del condado de Yorkshire, llamado Tony Finn, que aseguraba que empresa que le había despedido con el argumento de que su supervisor le había hecho comentarios despectivos sobre su calvicie, y consideraba esos comentarios acoso sexual.
En el fallo, los jueces a cargo del caso compararon el trato de remarcarle un hombre su falta de pelo con el de hacer comentarios sobre el busto de una mujer. La polémica explicación que dieron.
Todo comenzó a partir de una denuncia que realizó un electricista en la localidad de West Yorkshire. Después de 24 años en los que trabajó para la empresa Bund, Tony Finn fue despedido. El exempleado decidió llevar a la Justicia a la compañía por una disputa que tuvo con el supervisor, Jamie King.
Entre otras cosas, aseguró que sufrió acoso sexual, según informó The Guardian. De acuerdo al testimonio de Finn, el hecho ocurrió en julio de 2019, cuando King se refirió de forma despectiva a su calvicie durante la pelea que tuvieron.
A partir de la denuncia, un tribunal laboral británico liderado por el juez Jonathan Brain, tenía que determinar si la referencia a la falta de cabello era simplemente un insulto o si efectivamente se trataba de acoso. La deliberación concluyó en que el supervisor “cruzó la línea” diciéndole “calvo” a Finn. En ese mismo sentido, los jueces consideraron que King “pronunció esas palabras con el propósito de violar la dignidad de Finn y crear un ambiente hostil, degradante, humillante u ofensivo para él”.
Fuente LA NACIÓN