¿Se puede viajar y descansar sin impactar negativamente en la naturaleza? Especialistas del CONICET explican qué es el turismo responsable y comparten recomendaciones para planificar viajes sostenibles que beneficien al ambiente y a las comunidades locales.
En cada vacaciones de invierno, miles de turistas viajan en busca de descanso, naturaleza y paisajes imponentes. Pero este movimiento, a pesar de ser necesario para las economías regionales, también genera residuos, emisiones y presión sobre los ecosistemas. ¿Se puede ser turista de forma responsable? Expertos ofrecen claves para disfrutar el viaje con prácticas que cuidan tanto el ambiente como las comunidades locales.
Según Diego González Zevallos, doctor en Biología y especialista del CONICET, “el turismo responsable implica una mirada crítica y compleja del turismo como fenómeno socioespacial. Como casi toda actividad humana, no es neutral. Sus efectos pueden profundizar desigualdades o, por el contrario, contribuir a procesos de desarrollo local inclusivo”
“El turismo responsable se planifica participativamente, promueve la equidad y valora los saberes locales. Además, respeta el ambiente y apuesta a generar transformaciones positivas, duraderas y justas, tanto para los territorios, como para sus habitantes y visitantes”, asegura el científico, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
El turismo sostenible, un proceso colectivo y contextual
Para Federico Abbondio, becario doctoral del CONICET, hay que pensar el viaje más allá del consumo. Al momento de planificarlo, propone el licenciado en Turismo y doctor en Geografía, se pueden optar por experiencias que promuevan el disfrute, pero también el aprendizaje, el contacto con la naturaleza y el respeto por las comunidades locales. En otras palabras, las prácticas no implican resignar diversión. Al contrario, permiten vivir experiencias auténticas que enriquecen el viaje.
Asimismo, los investigadores resaltan la importancia de involucrar a las infancias en la preparación del viaje. Esto incluye investigar sobre el lugar, aprender algunas palabras y costumbres si se trata de una comunidad originaria, conocer la historia o la biodiversidad del destino. “Son cuestiones que no solo enriquecen la experiencia, sino que fomentan la curiosidad, el cuidado y el respeto”, destacan.
¿Qué pasa con aquellos casos donde no está la posibilidad de desplazarse a otras ciudades? Allí, el turismo responsable también se puede hacer presente.
“Proponemos conocer y mirar su propio lugar con otros ojos. Recorrer un barrio con una historia distinta, visitar una reserva urbana, conocer la historia del nombre de una plaza o aprender sobre la biodiversidad local. Considerar también que muchas experiencias pueden ser virtuales, sobre todo museos y centros culturales que fueron virtualizados en la pandemia”, agrega el becario doctoral del CONICET.
Cómo llevar a cabo un turismo responsable
Al momento de recorrer un lugar, algunas de las recomendaciones que dejaron los científicos son:
- Buscar hacer una diferencia reduciendo los residuos y regresando con ellos al alojamiento
- Respetar a la comunidad anfitriona y sus valores
- Respetar la flora y fauna del lugar
- Intentar contactar a prestadores y actividades que posean criterios de sostenibilidad
- Caminar por senderos habilitados e informarse antes de viajar
Fuente: Agencia CTyS-UNLaM