Las tradiciones de Navidad en Argentina se viven con un fervor único, fusionando influencias europeas, indígenas y criollas en un ambiente familiar y alegre. Desde los primeros días de diciembre, las calles y hogares se iluminan con guirnaldas, pesebres y árboles decorados, marcando el inicio de las celebraciones.
Las celebraciones religiosas de Navidad en Argentina giran en torno a la Nochebuena, un momento de profunda devoción católica. Millones acuden a la Misa del Gallo a medianoche, donde se conmemora el nacimiento de Jesús con villancicos, rezos y bendiciones.
No hay tradiciones sin la comida navideña argentina, protagonista absoluta de la medianoche. El asado de tira o vacío es el rey indiscutido, acompañado de ensaladas frescas, vitel toné y postres como el panettone italiano adaptado o el pionono relleno de dulce de leche. El postre estrella, las roscas de anís con bonos de chocolate, endulzan la velada. En el interior del país, como en Jujuy, se incorporan empanadas o asados de cordero variando según la región pero siempre priorizando ingredientes locales y recetas transmitidas de generación en generación.
Los rituales navideños argentinos culminan con la llegada de Papá Noel quien reparte regalos bajo el árbol al filo de la madrugada. El 25, se extiende la alegría con almuerzos familiares y visitas, cerrando un ciclo de gratitud y esperanza. Estas costumbres, arraigadas en la identidad nacional, evolucionan con toques modernos como cenas veganas o decoraciones LED, pero mantienen su esencia cálida y compartida.
Misa de gallo
Las celebraciones religiosas de Navidad en Jujuy destacan por la Misa del Gallo en parroquias emblemáticas de San Salvador de Jujuy: La Basílica de San Francisco a las 21 el 24 de diciembre, la Parroquia Sagrada Familia a las 20, Santa Teresita y Capilla de Luján a las 20, y Medalla Milagrosa en Alto Comedero también a las 20.
Rituales únicos incluyen la adoración al Niño Dios en pesebres antiguos, con niños bailando el “Baile de las Cintas” en barrios y valles, y fogones gauchos que revalorizan la religiosidad profunda del pueblo jujeño. Estas prácticas fortalecen la fe comunitaria, recomendando llegar con antelación por la alta afluencia esperada.













