Bruno Stagnaro ha dejado su huella en el cine y la televisión argentina, convirtiéndose en uno de los cineastas más destacados de la industria. El director que lleva más de tres años trabajando en El Eternauta, la exitosa serie de Netflix, ha marcado un antes y un después en la ficción nacional. Pero su carrera no comienza ni termina con esta gran adaptación de la clásica historieta de Héctor Germán Oesterheld.
Además de El Eternauta, Stagnaro tiene en su haber una serie de proyectos que lo han catapultado a la fama, tanto en el cine como en la televisión. En 1998, el cineasta sorprendió a la crítica y al público con Pizza, birra, faso, una película de bajo presupuesto que se convirtió en un éxito rotundo. Con tan solo 300.000 dólares, la película ganó múltiples premios, incluidos los Cóndor de Plata, y fue aclamada en festivales internacionales como el de Gramado y Mar del Plata. La historia de jóvenes marginales en Buenos Aires se consolidó como un referente del cine nacional.

Por otro lado, su labor como director de la serie Okupas también marcó un hito. Emitida en el año 2000, la serie se transformó en un retrato de la realidad social y económica de Argentina a comienzos del milenio. Protagonizada por Rodrigo de la Serna, Okupas se convirtió en un clásico de la televisión, con un rating de 6.7 en su última emisión. El impacto fue tal que, en 2020, Netflix la adquirió y la rescató para nuevas generaciones de espectadores.

Stagnaro continuó su éxito en la televisión con Un gallo para Esculapio, una serie que debutó en 2017 y que contó con la participación de actores de renombre como Luis Brandoni y Peter Lanzani. La trama, que exploró el mundo del crimen y la mafia, fue un éxito de crítica y público, obteniendo 27 premios y más de 50 nominaciones en distintas categorías. Este éxito consolidó aún más a Stagnaro como un guionista y productor talentoso.

Con El Eternauta ahora dominando las pantallas de Netflix, Bruno Stagnaro sigue demostrando que su capacidad para crear historias profundas y emocionantes no tiene límites. La serie es solo el último eslabón de una carrera llena de logros, y sin duda marcará otro hito en la historia de la producción audiovisual argentina.