Una audiencia clave por su divorcio dejó perplejos a todos con un comentario fuera de libreto.
El escándalo mediático entre Wanda Nara y Mauro Icardi cruzó el océano y aterrizó en los tribunales de Milán, donde se vieron las caras en una audiencia judicial cargada de tensión. En juego no solo está la separación legal, sino también la división de bienes millonarios y la custodia de sus hijas. Lo que nadie esperaba fue la intervención sorpresiva de la jueza, que dejó a ambos sin palabras con una frase que descolocó incluso al entorno legal.
El encuentro no trajo acuerdos ni acercamientos. Según relató la panelista Yanina Latorre, que accedió a información exclusiva desde adentro del tribunal, los ánimos estaban caldeados desde el minuto uno: “No hubo punto en común, ni uno solo”, comentó en su programa. La mediación fracasó, y las declaraciones dejaron en claro que las heridas entre la pareja siguen abiertas y, en algunos casos, todavía sangran.

En medio de la discusión por propiedades, autos de lujo y departamentos en el Chateau, Icardi fue tajante: no solo cuestionó lo pactado tras el famoso “Wandagate”, sino que también deslizó una frase fuerte que expuso su enojo: “Si me sale separarme de Wanda un millón de dólares, prefiero pagar veinte para destruirla”, habría dicho el futbolista. En paralelo, intentó condicionar la custodia de sus hijas a una eventual mudanza de la madre a Turquía.
Pero lo que se esperaba como una audiencia técnica dio un giro sorpresivo cuando la jueza, harta de la falta de consensos, soltó con sinceridad brutal: “No puede ser que ustedes no se pongan de acuerdo en nada. Acá sigue habiendo amor”. El comentario cayó como un baldazo de agua fría en plena tormenta legal: Wanda y Mauro quedaron en silencio absoluto. Ni una réplica. Ni una mirada.