Inmediatamente después de la devaluación del peso contra el dólar oficial, las petroleras aplicaron esta noche un aumento cercano al 12,5 % de la nafta y el gasoil, el segundo de este mes. Las marcas Shell y Puma Energy avisaron a sus clientes de la suba; se espera que lo repliquen el resto de las empresas, que al cierre de esta edición no lo habían confirmado.
Los precios de los combustibles, que según fuentes de la industria acumulaban un atraso cercano al 10-15 % hasta el viernes pasado, ahora estarían más de un 25 % debajo de la paridad de importación (import parity)
En lo que va del año, las empresas vienen incrementando los precios de los combustibles por debajo de la inflación mensual, producto del acuerdo con el Gobierno que renuevan desde diciembre 2022. De hecho, el 1 de agosto aplicaron la última suba, de 4,5 %, tres semanas después de la anterior. En lo que va de 2023, los valores se incrementaron cerca de 45 %, contra una inflación mayor al 60 %.
Así, los ejecutivos de las refinadoras YPF, Axion, Raízen (Shell) y Puma Energy (Trafigura) tocaron las puertas de los despachos del Ministerio de Economía que conduce Sergio Massa para recomponer sus cuentas a la brevedad. El director General de Aduanas (DGA), Guillermo Michel, y la secretaria de Energía, Flavia Royon comandaron la negociación en estas horas.
Precios de la nafta y el gasoil
Según informó recientemente YPF en su balance, los precios de la nafta acumularon solo en el segundo trimestre del año un atraso del 2 % en dólares, y los del gasoil un 7 %. Conocedores del sector marcaron que ahora la nafta, a dólar oficial, están a 60 centavos por litro, mientras que históricamente costaban u$s 1. Debería haber un aumento del 65 %, que no sucederá en el corto plazo, para cerrar esa brecha.
Por lo pronto, en un segmento no regulado como el mayorista, las refinadoras ya retocaron hasta un 25 % los precios de los combustibles para el agro, la industria, la minería y el transporte, que representan entre 15 % y 20 % de las ventas totales de nafta y gasoil en el país.
El segmento mayorista suele tener precios menores (por escala) que el minorista. Si la nueva situación se prolongara, como ya pasó a mediados de 2022, los camiones podrían correrse al mercado minorista y generar una escasez.