Jujuy A DiarioEl gobernador Gerardo Morales cumple hoy seis años frente a la provincia. Electo junto a Carlos Haquim en 2015 y reelecto en 2019, ha transitado complejas situaciones frente al Ejecutivo provincial. Hoy, enfrascado en sus aspiraciones personales y mirando al país, proyecta nuevos cambios en el gabinete de cara a los dos últimos años de mandato.
Apenas asumió, debió enfrentar a la Organización Barrial Tupac Amaru de Milagro Sala, que llevó adelante un acampe por alrededor de 50 días. La exdirigente fue detenida y las organizaciones comenzaron a reestructurarse, logrando -a través de la bancariazación de salarios y otros beneficios- trabajar para el Gobierno en cooperativas destinadas a diversas áreas.
Esto puso fin a las interminables protestas y los cortes de ruta habituales en la provincia, punto a favor de Morales que había prometido paz para los jujeños al presentar la plataforma de campaña.
Otra de las propuestas fue el tan mentado cambio de la matriz productiva. A un año de la puesta en marcha de la Planta Solar de Cauchari -y con miles de millones de deuda tomada para poder construirla-, el Gobierno informó que la facturación de los primeros 12 meses superó los 72 millones de dólares, más de lo previsto.
Asimismo, recientemente comenzó la producción y comercialización de aceite de cannabis de uso farmacéutico. En este marco, Morales encabezó varios encuentros en Europa con el objeto de poder comercializar no solo en Jujuy, sino en el país y España; pero es aún muy incipiente.
La deuda pendiente es la fábrica de baterías de litio que desde hace años es materia de encuentros. Junto a sus pares de Salta y Catamarca, el mandatario conformó la Mesa de Litio. Si bien la provincia, en sociedad con la compañía italiana Seri, inició en la ciudad de Perico las obras del primer proyecto de Latinoamérica para la fabricación integral de baterías de litio, todavía los avances no son tan significativos.
Gabinete
En los últimos meses, Gerardo Morales inició un cambio en el gabinete de ministros. Por tercera vez desde el comienzo de su gestión, renovó las autoridades del Ministerio de Seguridad (estuvieron Ekel Meyer y Guillermo Corro) que quedó en manos de Luis Martín.
En Educación, una de las peores carteras de su era, removió a Isolda Calsina y nombró a Teresa Bovi. Pero Calsina se quedó con el nuevo Ministerio de Planificación Estratégica y Modernización.
Otra de las carteras que sufrirá cambios es la de Salud, ministerio que dejó Gustavo Bouhid electo diputado nacional. En las próximas horas prestaría juramento el nuevo ministro, Antonio Buljubasich.
En los últimos días el rumor sobre otros posibles cambios aumentó considerablemente.
Natalia Sarapura, titular del Ministerio de Desarrollo Humano -y excandidata a diputada nacional-, podría abandonar el cargo por pedido del mandatario. Alejandra Martínez, actual presidente del Consejo Provincial de la Mujer, ocuparía el lugar lo que generaría otro cambio más.
Normando Álvarez García, ministro de Trabajo y Empleo también podría ser removido, pero no hay información oficial al respecto.
Anhelos y conflictos
El gobernador hizo público durante este 2021 sus deseos de competir por la presidencia de la Nación en las elecciones del 2023. Esto lo llevará a viajar -aún más que ahora- por todo el país, porque si bien faltan dos años, el tiempo vuela y necesita popularizarse en todas las provincias.
Pero antes de esto, en apenas unas semanas, Morales irá por su primera elección de las dos que lo inquietan ahora: El Comité Nacional de la UCR elegirá autoridades y el actual secretario general del partido pretende alzarse con el puesto que hoy ostenta Alfredo Cornejo.
Las internas partidarias saltaron a la luz en las últimas horas, cuando en un encuentro con Martín Lousteau -su rival para las elecciones de la UCR- y Horacio Rodríguez Larreta, Morales mostró el malestar que provocó que el sector más ligado al PRO del radicalismo, referenciado en el senador Lousteau, y aliado de Larreta, decidiera armar un bloque aparte en la Cámara de Diputados, con 12 legisladores, quebrando el bloque mayoritario presidido por Mario Negri.
Además de las rencillas de la UCR, el conflicto le suma un condimento a Juntos por el Cambio, y visibiliza aún más los entuertos dentro de una oposición que había quedado muy bien parada tras las elecciones legislativas de noviembre último y que pretende recuperar el poder en 2023.
Lo cierto es que Gerardo Morales encara desde hoy dos años muy díficiles para él por varios motivos.
En lo político, en Jujuy deberá ir gestándose la nueva figura dentro del Frente Cambia Jujuy que buscará sucederlo. En la Nación deberá obtener la presidencia de la UCR para afianzar sus deseos presidencialistas. Según pudo confirmar JujuyADiario, tendría los votos necesarios para hacerse del Comité Nacional, pero aún muy lejos de ser precandidato al sillón de Rivadavia.
En lo social, el gobernador deberá pulir la relación con los gremios estatales. Enojados por la incesante decisión de resolver unilateralmente las discusiones por paritarias, no termina de limar asperezas con gran parte del arco sindical. Si bien con algunos acuerda rápidamente, una gran parte no se siente a gusto.
Morales tiene muchos proyectos, algunos pendientes, varias deudas y 730 días por delante para definir su futuro.
Andrea M. Cabrera
