Sebastián Villa, futbolista de Boca Juniors, fue condenado a dos años y un mes de cárcel, una pena de ejecución condicional, por los delitos de lesiones leves y amenazas contra su expareja, Daniela Cortés. El Juzgado N°2 de Lomas de Zamora, a cargo del proceso, además le impuso una serie de condiciones para que siga en libertad. Durante ese tiempo, deberá fijar residencia y someterse al control del Patronato de Liberados en forma bimestral, evitar cualquier tipo de contacto con Cortés y los familiares de ella, realizar un tratamiento psicosocial y participar de diferentes talleres sobre violencia de género. También deberá “abstenerse de usar estupefacientes y abusar de bebidas alcohólicas” y pagar las costas del proceso.
Villa, tras evitar las cámaras apostadas en los tribunales y entrar por una puerta trasera, entró a la sala de audiencias a las 13.07. Lo hizo acompañado de su abogado, Martín Apolo, y su representante, Rodrigo Riep, además de tres allegados. Vestido de jean azul, zapatillas blancas y campera, con una leve sonrisa en su rostro, intercambió algún comentario por lo bajo sus allegados poco antes del ingreso de la jueza, Susana Dávalos. Al oír el veredicto en su contra, el futbolista no realizó gesto alguno. Luego, se retiró de la sala con lágrimas en los ojos.
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La víctima, por su parte, no quiso participar de la audiencia. Ayer por la tarde, un secretario judicial se comunicó con ella para ofrecerle la posibilidad de conectarse de forma remota, ya que reside en Colombia. Pero la víctima lo descartó. Este viernes iba a ser notificada del veredicto y la sentencia.
La calificación completa fue la de lesiones leves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género y amenazas coactivas. El proceso había comenzado el 17 de abril pasado. Esta semana, Villa pudo dar sus últimas palabras, donde negó las acusaciones en su contra y aseguró ser “una excelente persona”. “Soy un buen hijo, un buen hermano. Creo en Dios. Espero que todo salga bien. Soy inocente”, afirmó luego. En sus alegatos previos, la fiscalía, a cargo del doctor Sergio Anauati, pidió que sea condenado a la pena de ejecución condicional de 2 años y 3 meses de prisión, mientras que la defensa solicitó la absolución.
La causa en su contra, a cargo de la fiscal Verónica Pérez, comenzó el 28 de abril de 2020 luego de la denuncia de Daniela Cortés, por hechos cometidos en un barrio privado de la localidad bonaerense de Canning, en el domicilio que ambos compartían. En su testimonio, Cortés aseguro que Villa, luego de golpearla, con varias fotos que mostraban a Cortés ensangrentada que fueron difundidas, la amenazó con enviarle a un sicario a su familia en Colombia, amenazas que el fiscal Anauati dio por probadas.
Villa aceptó ser indagado en el proceso. En su alocución, negó todas las acusaciones de su expareja y señaló a ella como la responsable. También la acusó de haberle robado dinero. “Nunca cometí ninguno de los delitos por los que se me acusan”, dijo. Entre otras cosas, dijo que sufrió “episodios violentos por parte de ella” y que tuvo que “usar camisetas de manga larga” para que sus compañeros “no vean lo lastimado que estaba por los golpes que recibía” en su casa.
“Daniela me pedía plata constantemente. Le pagué una operación estética de 14 mil dólares”, fue otra de las frases del delantero. Incluso, la acusó de robo: “Cuando a mí me compró Boca, compré un departamento en Medellín y la familia de Daniela se quedó con ese departamento. De los tres millones que cobré por el pase a Boca, ella se quedó con una parte”
En sus alegatos, el fiscal Anauati afirmó: “Es imprescindible que se valore en esta causa que hubo violencia en todas sus formas hacia la mujer”. Luego, amplió aclarando que Villa le dijo en reiteradas oportunidades que se vaya de la casa que si no iba a terminar con la vida de ella y de su familia.
Además, el fiscal aseguró que se “acreditaron golpes de puño en la frente de la víctima con un anillo que usa el imputado”
Tras lo ocurrido abril del 2020, Villa se mudó a otro country de Canning. Allí, a fines de junio de 2021, supuestamente ocurrió el segundo episodio por el que fue denunciado ante la Justicia. En ese expediente, el futbolista está imputado por abuso sexual con acceso carnal, un delito que prevé una pena de entre 6 y 15 años de prisión.
El 12 de mayo pasado la fiscal Vanesa González, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 descentralizada de Esteban Echeverría, pidió la elevación de la causa a juicio. Ahora se espera la definición del Juzgado de Garantías interviniente, sobre sí da lugar a la petición o no.
Hasta el momento, el club Boca Juniors no se pronunció en las redes sociales ni en su sitio oficial, por eso la versión más fuerte que circula entre los periodistas partidarios de Boca es que el la institución azul y oro no lo utilizará más en partidos oficiales.