La capital jujeña conmemora este 19 de abril una fecha clave en su identidad. Detrás de la fundación, hay una historia de intentos fallidos, mapas precisos y un visionario vasco.
Este sábado, San Salvador de Jujuy cumple 432 años desde su fundación definitiva, una jornada que no solo marca el nacimiento de la capital provincial, sino también un capítulo fundamental en la historia del norte argentino. La ciudad fue finalmente establecida el 19 de abril de 1593 por Francisco de Argañarás y Murguía, luego de dos intentos frustrados en décadas anteriores.

La primera fundación fue en 1561 bajo el nombre de Ciudad de Nieva, en el sitio donde hoy se levanta el barrio homónimo. Luego, en 1575, se intentó nuevamente con San Francisco de Álava, esta vez en la zona conocida como Punta Diamante. Recién con el tercer intento, en el corazón del valle y al abrigo de los ríos Grande y Xibi Xibi, se logró dar origen a San Salvador de Velazco en el Valle de Jujuy.
Francisco de Argañarás, oriundo del País Vasco y miembro del ejército del gobernador Ramírez de Velasco, fue quien asumió la tarea de elegir el emplazamiento ideal. Con una cuadrícula urbana bien pensada —diez manzanas de largo por cuatro de ancho—, el capitán fundó la ciudad con apenas treinta hombres, asegurando recursos naturales para el sustento de la población.
Tras el acto fundacional, Argañarás se convirtió en el primer Teniente de Gobernador de Jujuy, cargo que ocupó hasta 1596. Su legado se mantiene hasta hoy en el trazado del casco histórico de la ciudad y en cada 19 de abril, cuando la comunidad jujeña honra sus raíces con actos, celebraciones y memoria viva.













