Los requisitos que la Reina Letizia estableció para los pretendientes de sus hijas, especialmente de la Princesa Leonor, son estrictos y meticulosos. Según la periodista Pilar Eyre, el futuro esposo debe tener un pasado limpio, sin escándalos ni problemas legales, y no puede ser objeto de chantajes.
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Además, se espera que el candidato tenga un aspecto agradable y una personalidad que no eclipse a la princesa. No debe ser millonario ni pobre, y se desaconseja que pertenezca a otra familia real.
La educación y la cultura son esenciales; el futuro consorte debe ser formal y respetuoso, evitando cualquier comportamiento que pueda dañar la imagen de la Casa Real.
La Reina Letizia busca asegurar que el futuro compañero sea un modelo de conducta irreprochable, alineado con los valores de la familia real, en un intento por mantener la dignidad de la monarquía española en un mundo donde las apariencias son cruciales.