La serie británica “Adolescencia” puso en evidencia una de las ideologías más controvertidas y peligrosas del internet: el movimiento incel.
En el contexto de la serie “Adolescencia”, la ideología incel ha saltado de las sombras de los foros online a un primer plano, mostrando sus aspectos más oscuros y misóginos. Lo que comenzó como un acrónimo para “célibe involuntario” se ha transformado en un término cargado de resentimiento y odio hacia las mujeres. Este movimiento, que reclama la frustración de aquellos que se sienten incapaces de encontrar pareja, promueve visiones extremas que incluyen la misoginia y la violencia, además de una visión distorsionada sobre las relaciones sociales.
Qué significa ser incel
El concepto de “incel” fue creado en los años 90 por una mujer canadiense, Alana, que buscaba ofrecer apoyo a aquellos que vivían con la frustración de la soledad. Sin embargo, a medida que la subcultura se fue desplazando a foros como Reddit y 4chan, su propósito original fue distorsionado, y hoy se asocia con una ideología que no solo rechaza la feminidad, sino que también cultiva la desesperación y el odio hacia las mujeres.
Los miembros de esta comunidad crean un relato en el que las mujeres son responsables de su celibato y fracaso afectivo, los denominados “Chads” y “Staceys” representan los cuerpos y actitudes ideales, mientras que aquellos fuera de este estereotipo se convierten en víctimas de un sistema que los excluye. Además, conceptos como la “píldora roja” y “píldora negra” encapsulan la visión fatalista de los incels, donde el destino se ve como inmutable y la única solución es un despertar a la “realidad” sobre la desigualdad de género.

Misiginia y “Mansosfera”
Si bien no todos los incels son violentos, varios actos extremistas, como los cometidos por Elliot Rodger en 2014 y Alek Minassian en 2018, han puesto en evidencia la peligrosa relación entre esta ideología y la violencia. Estos ataques, cometidos por individuos que se identificaron con esta subcultura, dejaron claras las consecuencias de la radicalización de estos pensamientos, provocando un debate público sobre la necesidad de controlar los discursos de odio en internet.
Más terapia, menos redes
El psiquiatra Andrew Thomas, de la Universidad de Swansea, señaló que muchos incels tienen “la salud mental por el suelo” y que sobrestiman la importancia del atractivo físico y el poder adquisitivo, mientras subestiman virtudes como la amabilidad y el humor. Thomas aboga por brindarles apoyo de salud mental para “romper el ciclo”.
Jack Peterson, un exmiembro de foros incel, comparte esta visión y enfatiza la importancia de cambiar de actitud y proyectar positividad. Su experiencia sugiere que el aislamiento y la negatividad perpetuada en estos foros pueden ser perjudiciales para la salud mental de quienes participan en ellos.