JUJUY A DIARIO

Por qué nos duele el brazo después de recibir la vacuna contra el coronavirus

Con el boom de la obligatoriedad de la vacunación para empleados públicos y el uso del transporte en Jujuy y la apertura de la inoculación para los adolescentes creció exponencialmente la cantidad de gente vacunada…y las quejas por el dolor de brazo. En esta nota te contamos cómo aminorar, con consejos de expertos, ese dolor.

Luego de la vacunación, el lugar donde se administró la inyección puede quedar dolorido y, a veces, hasta se hincha. Los expertos sugieren algunos ejercicios para aliviar la inflamación.

El dolor y los sarpullidos son respuestas normales cuando nos inyectan sustancias extrañas en el cuerpo. Pero el dolor que se siente depende de muchos factores.

“Algunas personas pueden desarrollar inflamación, fiebre leve y algo de dolor moderado localizado en el área donde recibieron la inyección”, explica Javier Pérez, enfermero y Jefe de turno de la Unidad Coronaria en el Sanatorio FLENI. “Esta es una respuesta natural y significa que el sistema inmunológico del cuerpo está trabajando para construir una defensa contra el virus”, agrega.

De acuerdo con el estudio realizado por el Hospital General de Massachussets en Estados Unidos, la reacción ante la vacuna es de entre 2.5 y 11 casos por millón de dosis, es decir, una cantidad mínima que sufre efectos secundarios.

Algunas personas manifestaron que la vacuna no genera dolor al momento, sin embargo, otras que ya fueron inmunizadas presentaron dolor en el brazo, justo en la zona del pinchazo.

La causa del dolor

El dolor en el brazo después de la vacuna sucede porque al principio registra una sustancia extraña, pero sólo es cuestión de horas para que el organismo la asimile y aumente el sistema inmunológico.

“Que te dé una reacción en el lugar la inyección es exactamente lo que cabría esperar de una vacuna que intenta imitar a un patógeno sin causar la enfermedad”, afirma Deborah Fuller, vacunóloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle.

“La vacuna del COVID-19 se inyecta en el músculo deltoide. El problema es que la inyección puede causar pequeños desgarros en este músculo”, explica Pérez y remarca que esto puede provocar una inflamación en la zona que rodea la inyección, lo que puede dar lugar a un ligero dolor, molestias o sensibilidad durante uno o dos días.

Ejercitar el brazo después de la vacuna puede ayudar a reducir el dolor

Estirar los músculos circundantes del brazo es una idea recomendada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. Lo indican por la misma razón por la que cualquier persona estiraría o movería cualquier músculo que esté dolorido, por ejemplo, después de un entrenamiento intenso. La idea es ayudar a promover el flujo sanguíneo a la zona y, por lo tanto, reducir el dolor. Algunas ejercitaciones recomendadas, son:

  1. Hacer círculos con los brazos.
  2. Estirar con suavidad los hombros.

La mayoría de los efectos secundarios de la vacunación tiende a durar de dos a tres días y lo mismo sucede con el dolor en el brazo después de la vacunación. Sin embargo, si se experimenta más inflamación, o se tiende a ser más sensible al dolor, la molestia podría extenderse hasta cinco días después de la vacunación.

“Si la persona tiene un enrojecimiento alrededor del sitio de punción de más de 5 centímetros de diámetro durante 72 horas, es conveniente que consulte a su médico de cabecera”, recomienda el enfermero.

Guillermo Lobo

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