Cada 27 de junio, Argentina rinde homenaje a los que hacen todo bien… aunque los llamen “boludos”.
Hoy no es un día cualquiera: es el Día Nacional del Boludo, una efeméride con espíritu rebelde y mucho humor que nació en 2009 para reivindicar a quienes no se aprovechan del otro, siguen las reglas, hacen la fila, pagan sus impuestos y jamás se cuelan en la fila del súper, aunque los demás sí lo hagan. En un país donde la “viveza criolla” es casi un deporte nacional, ser “el boludo” es casi un gesto revolucionario.
La idea surgió de un grupo de creativos digitales cansados de ver cómo la trampa muchas veces gana. “El boludo es el que paga las multas a tiempo, el que no coimea ni acomoda a su primo en la municipalidad”, decía uno de los afiches más virales de la campaña. Desde entonces, cada 27 de junio se levanta la copa por el que hace las cosas bien, aunque no le convenga.
Con humor y algo de autocrítica, el “boludómetro” oficial clasifica más de 100 tipos de boludos: el Telescópico (se le nota de lejos), el Laborioso (todo el día haciendo boludeces), el de Referencia (“allá, donde está ese boludo”) y el Líder, ese que guía a los demás boludos sin saberlo. Incluso hay boludos por signo del zodiaco, porque la boludez, dicen, no discrimina.