Sin propuesta de aumento, el Gobierno provocó el rechazo de ATE y UPCN, que advierten sobre un escenario de conflicto.
La mesa paritaria entre el Gobierno nacional y los gremios estatales tuvo un arranque más que tenso esta semana, luego de que los representantes oficiales no presentaran ninguna propuesta de aumento salarial para junio. La postura, interpretada por ATE y UPCN como una negativa rotunda a reconocer el deterioro del poder adquisitivo, llevó la negociación a un cuarto intermedio con fuerte malestar por parte de los sindicatos.
La última actualización salarial para los empleados públicos había sido del 1,3% mensual para marzo, abril y mayo, más un bono de $45.000. Pero con la inflación acumulada duplicando el porcentaje de aumentos en el período anual, los gremios aseguran que la propuesta actual –o su ausencia– representa una provocación. “El Gobierno está usando la paritaria como herramienta para congelar salarios”, denunció Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE.

Desde el gremio de trabajadores estatales también presentaron datos elaborados a partir de informes del Indec: una familia tipo necesitaría al menos $1.819.000 mensuales para cubrir sus necesidades básicas. Lejos de esa cifra, los ingresos promedio en el sector público muestran una caída sostenida, lo que, según Aguiar, pone en riesgo la paz social. “El Ejecutivo es el único responsable de este deterioro”, advirtió.
La estrategia oficial, impulsada por el Ministerio de Economía y replicada por la Secretaría de Trabajo, no solo afecta al sector público. También se extiende al privado, donde varias negociaciones permanecen estancadas. Comercios, la construcción, la industria metalúrgica y el rubro alimenticio atraviesan conflictos similares, con propuestas que no superan el 1% mensual y una creciente resistencia por parte de los sindicatos.
Mientras tanto, la tensión sigue en aumento y los gremios evalúan nuevas medidas de fuerza si no hay cambios en la postura del Gobierno.