El Senado argentino aprobó el viernes 26 de diciembre de 2025 el Presupuesto 2026, un hito para el Gobierno de Javier Milei al convertirse en la primera ley de gastos sin déficit fiscal en décadas. El proyecto obtuvo 46 votos a favor, 25 en contra y una abstención tras más de ocho horas de debate, con apoyo clave de sectores opositor.
El Presupuesto 2026 establece gastos totales por $148 billones, proyectando un crecimiento del PBI del 5 %, inflación anual del 10,1 % y un dólar a $1.423 para diciembre de 2026. Incluye un superávit primario del 1,2-1,5 % del PBI y financiero del 0,2 %, con exportaciones crecientes en 10,6 %. Destaca incrementos en jubilaciones (5 %), salud (17 %) y educación (8 %), asignando $4,8 billones a universidades nacionales.
El eje principal es el equilibrio fiscal histórico, priorizando superávit y control del gasto público para estabilizar la economía. Un foco controvertido es el Capítulo II (artículos 12 y 30), que deroga pisos obligatorios de inversión: Elimina el 6 % del PBI en educación, recortes en ciencia/tecnología (hasta 1 % en 2032) y defensa (0,35 % ingresos corrientes). Introduce requisitos para universidades, permitiendo interrumpir fondos por incumplimientos en reportes.
Logros del oficialismo
El Gobierno libertario celebró el triunfo con amplio respaldo opositor, superando expectativas y aprobando todos los capítulos, incluido el polémico educativo. Milei lo calificó de “hecho histórico”, mostrando al mercado un plan con votos de sobra en el inicio de su segundo mandato. Obtuvo guiños del peronismo dividido, rompiendo la unidad kirchnerista y consolidando apoyo del PRO y aliados.
La oposición dialoguista, como PRO y peronistas disidentes, facilitó la aprobación general y particular, defendiendo responsabilidad fiscal y evitando ciclos tóxicos. Rechazaron plenamente el kirchnerismo y la izquierda, que votaron en contra (25 negativos), criticando recortes en educación y ciencia. Lograron visibilizar debates sobre pobreza y canastas básicas, presionando por propuestas constructivas en lugar de derogaciones.













