En “Cosa del ayer”, el músico jujeño mezcla la raíz con el beat y planta bandera: el folclore no murió, está evolucionando en voz alta.
Lu Farías Gómez no está jugando a ser moderno. Es moderno. Pero con memoria. Y esa es una de las combinaciones más necesarias que puede tener un artista. En su último tema, “Cosa del ayer”, el músico jujeño vuelve a sacudir las estructuras del folclore con algo que no es nuevo pero que sigue incomodando: la fusión. No como moda, sino como lenguaje propio. Trap, R&B, instrumentos criollos, voces ancestrales. Todo conviviendo en una misma canción. Todo mezclado sin pedir permiso.
“El folclore sigue siendo hermoso, pero hay que atraer a los pibes que ya no lo escuchan”, dice, con la lógica imbatible que tiene la generación que creció entre guitarreadas familiares y beats de YouTube.
Hijo de una línea genealógica marcada por el talento (y la rebeldía), Lu no reniega de sus raíces. Al contrario: las activa. Su tío, el Chango Farías Gómez, aparece sampleado en el tema como un oráculo: “Lo metí porque a él también lo criticaban. Decían que eso no era folclore. Y ahora me pasa lo mismo. Así que lo incluí como diciendo: ya sé lo que se viene, pero lo disfruto igual”.
“Nuestra familia siempre fue así: inquieta, no se queda con lo cuadrado, lo deforma un poco”, dice. Y ahí está el gesto clave. Porque como él mismo lo admite, hoy ser músico implica también negociar entre los amores propios y los del público.

“Para escuchar lo tradicional ya tenés los discos originales. Yo prefiero inventar. Porque si no, te cansás. Y si te cansás, dejás de amar la música”. El artista no dudó en citar a un procer: “Como decía Atahualpa Yupanqui —y repetía el Chango—: Los Farías Gómez mezclan el asado con mostaza… y sigue teniendo el mismo sabor.”
La fecha que se viene
Y lo que se viene, es un show en vivo el próximo 15 de agosto en el Teatro Macedonio Graz. Un formato acústico, sí, pero con espacio para sorpresas.

“Va a haber algo especial ahí, algo con mi música que todavía no largué. Lo van a escuchar primero los que vayan”. Habrá música para todos los gustos: románticas, baladas, zambas tradicionales y experimentos modernos. Porque si algo sabe Lu, es que el folclore no se defiende con solemnidad, sino con lucidez y memoria.