La escalada bélica en Medio Oriente impulsó el precio del crudo a niveles récord. Analistas temen un efecto en cadena que alcance el bolsillo de los argentinos.
El precio internacional del petróleo se disparó este viernes tras una nueva ofensiva entre Israel e Irán que generó incertidumbre en los mercados globales. Los operadores temen una interrupción en el suministro de crudo, dado que una parte significativa del comercio energético mundial transita por zonas estratégicas de la región. El Brent del Mar del Norte llegó a trepar un 13% intradía, mientras que el WTI marcó máximos no vistos desde enero. En este contexto, los efectos no tardan en reflejarse en América Latina, y particularmente en la Argentina.
Si bien ninguna instalación petrolera ha sido alcanzada hasta el momento, el riesgo geopolítico hizo saltar las alarmas: Irán podría restringir el tránsito por el estrecho de Ormuz, por donde circulan cerca de 20 millones de barriles diarios. De ocurrir un bloqueo, analistas advierten que el barril podría escalar hasta los 120 o incluso 130 dólares. Para la Argentina, esta suba representa una amenaza concreta a su delicado equilibrio económico: mayores costos de importación, presión inflacionaria y un posible freno a la baja de tarifas.

El encarecimiento del crudo ya impacta en el mercado local. A pesar de que los combustibles venían mostrando una leve desaceleración en lo que va del año, un repunte sostenido en los precios internacionales podría traducirse en aumentos internos, afectando el bolsillo de los consumidores y complicando la meta de reducción del déficit fiscal. En paralelo, el gobierno podría verse obligado a incrementar los subsidios a la energía si decide evitar un traslado directo a tarifas.
Por otro lado, advirtieron que el alza del crudo podría beneficiar a sectores clave de la economía argentina, especialmente por la relevancia de Vaca Muerta en el mapa energético mundial. Con un 58% de la producción total de crudo proveniente del shale oil, Argentina podría incrementar sus ingresos por exportaciones, lo que reforzaría el superávit comercial energético, que ya sumó más de 2.600 millones de dólares en el primer cuatrimestre del año. Empresas como YPF también podrían ver mejorados sus márgenes si el contexto internacional se mantiene estable dentro del alza.
En contraste, el aumento de los fletes marítimos y el mayor riesgo logístico encarecen también los costos para las compañías energéticas argentinas, que deben enfrentar un escenario internacional volátil.