León XIV dio su primera homilía como papa y citó a Francisco: “Tomemos a Jesús como modelo”

En una homilía cargada de simbolismo, el nuevo papa norteamericano evitó las estridencias políticas y propuso un camino de humildad y continuidad con su antecesor.

En su primera misa como pontífice, celebrada en la emblemática capilla Sixtina, el papa León XIV marcó el inicio de su liderazgo con un mensaje claro y profundo: Jesús no debe ser reducido a un simple referente moral o figura carismática. Frente a los cardenales que lo eligieron, y con un lenguaje cercano pero firme, llamó a vivir la fe con autenticidad, lejos del formalismo vacío o del “ateísmo de hecho” que, advirtió, también se manifiesta dentro de la Iglesia.

León XIV, nacido en Chicago como Robert Prevost y ex misionero en Perú, hizo historia al convertirse en el primer papa estadounidense. En un gesto que reflejó tanto sus raíces como su proyección global, pronunció por primera vez comentarios públicos en inglés, idioma que había evitado usar en su primera aparición. “Me han llamado a llevar la cruz”, dijo a los cardenales, y apeló a su colaboración para custodiar lo que definió como “un tesoro de fe”.

La ceremonia estuvo cargada de gestos simbólicos: mujeres oficiaron las lecturas en inglés y español, mientras el papa bendecía a los presentes bajo el imponente fresco del Juicio Final. Ataviado con vestimentas tradicionales —incluida la capa roja que su predecesor había descartado— León mostró, sin embargo, que su papado no se orientará hacia el conservadurismo rígido, sino hacia una Iglesia dialogante, abierta e inclusiva.

El nuevo papa también rindió homenaje a Francisco, recordando su insistencia en una fe “gozosa” y comprometida con la justicia social. Tomar el nombre de León no parece casual: remite tanto al reformador del siglo XIX como al compañero de san Francisco de Asís, una dualidad que parece delinear su visión pastoral. En sus palabras, el futuro de la Iglesia pasa por “construir puentes” y sanar las divisiones internas.

Apenas iniciado su pontificado, León XIV ya despierta atención mundial. Su perfil moderado y su sensibilidad social —forjada en décadas de misión en América Latina— lo ubican como un sucesor natural de Francisco. Con su llamado a no banalizar la figura de Cristo, el nuevo papa sienta las bases de un pontificado que, lejos del espectáculo, promete profundidad espiritual y continuidad reformista.