La Corte Suprema de Justicia rechazó la licencia que Ariel Lijo solicitó para dejar su cargo en el juzgado federal de Comodoro Py y asumir en el máximo tribunal. Esta decisión obliga a Lijo a renunciar a su puesto actual si desea integrarse a la Corte Suprema.
El juez Lijo fue designado por decreto del presidente Javier Milei para integrar la Corte Suprema hasta noviembre de este año. Sin embargo, su nombramiento está en suspenso debido a que el Senado aún no ha aprobado su designación.
La Cámara Federal porteña había aprobado la licencia de Lijo por unanimidad, pero la Corte Suprema tiene la última palabra en licencias que superan los seis meses. La decisión de la Corte Suprema fue tomada por mayoría, con Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Manuel García-Mansilla votando en contra de la licencia, mientras que Ricardo Lorenzetti votó a favor.
El rechazo de la licencia plantea un dilema para Lijo, quien no quiere renunciar a su cargo en Comodoro Py, ya que su designación en la Corte Suprema es temporal y depende de la aprobación del Senado para ser permanente.
Si decide permanecer en su juzgado, el Gobierno debería enviar un nuevo pliego al Congreso con otro candidato para completar la Corte Suprema.
La situación de Lijo refleja la tensión política y judicial actual en Argentina. Su designación, junto con la de Manuel García-Mansilla, ha sido cuestionada por varias ONGs, que argumentan que el procedimiento habitual para designar jueces requiere el aval del Senado. Esta controversia ha generado un clima de incertidumbre sobre el futuro de la Corte Suprema.