JUJUY A DIARIO

La primera paracaidista de la FFAA es jujeña y custodia del presidente

La suboficial principal María Rosa López, es la primera mujer paracaidista en la historia de la Fuerza Aérea Argentina. Actualmente presta servicio en Presidencia, Casa Militar, donde custodia la investidura presidencial.

Nació en nuestra provincia y siendo muy pequeña, viajó a Córdoba junto a su familia, donde cursó sus primeros estudios antes de iniciar su carrera como parte de la Fuerza Aérea Argentina.

La suboficial principal explicó que lo que la impulsó a ingresar a la Fuerza fue una visita de veteranos de Guerra de Malvinas mientras cursaba sus estudios secundarios. En aquel momento, quedó impactada por las historias que compartieron durante su visita, a tal punto que sintió que aquellos relatos la marcaron, despertando en ella una curiosidad especial por formar parte de la institución.

Inmediatamente después de terminar sus estudios secundarios, se presentó en la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea (ESFA), donde dio sus primeros pasos en lo que sería una próspera carrera militar, convirtiéndose al egresar, en la tercera promoción de mujeres de la escuela.

Luego, fue destinada a la II Brigada Aérea y luego al Instituto de Formación Ezeiza, actual Escuela de Suboficiales de Fuerza Aérea Ezeiza. Allí se desempeñó en el área de Comunicaciones y posteriormente cumplió funciones en el Grupo de Aspirantes como instructora y como encargada de Escuadrón de Instrucción.

Camino de oportunidades

En un repaso por su carrera militar, la suboficial López aseguró haber transitado un “camino de oportunidades“: “Logré un montón de objetivos que me propuse, algunos fueron difíciles de transitar y otros más fáciles. El más difícil de todos los objetivos de mi carrera fue el convertirme en paracaidista”

Este objetivo comenzó cuando la Fuerza Aérea publicó las inscripciones para los cursos conjuntos, específicamente el Curso Especial de Paracaidista Militar al que se inscribió y en el Ejército la admitieron. “Se notifica a mi unidad y mi entonces jefe, el comodoro Paesano, que era paracaidista, me consultó si estaba segura de realizarlo, ya que es uno de los cursos más difíciles por su elevada exigencia física y mental¨

Una vez aceptado el desafío, la suboficial principal se dirigió a Córdoba a la Escuela de Tropas Aerotransportadoras y Operaciones Especiales (ETAYTOE), donde era la única mujer de Fuerza Aérea presente.

El curso constaba de tres etapas: Primero pruebas físicas, luego exámenes teóricos y la tercera, llegaban inspectores a observar y evaluar los saltos, desde plataformas de altura (Bombi), de los cursantes después de estar un mes y medio realizando la tarea.

Una vez superadas las etapas de exámenes físicos y las pruebas teóricas “había que ir a la plaza de aparatos donde se encontraba un simulador de Hercules a una altura de 13 metros. Uno subía como una escalera de caracol y, una vez arriba, nos colocaban un arnés para después deslizarnos desde esa altura hasta una llegada de arena”

Cuando llegó el turno de la suboficial de realizar su primer salto de práctica en el bombi, recuerda haberse quedado petrificada: “Ese día descubrí que le tenía miedo a las alturas, no lo supe hasta ese momento en que estuve en el simulador, tuve pánico”

“A medida que la fila seguía avanzando, se me cruzó pensar: Que salte otro, yo no salto. Pero en ese mismo momento se me vino a la cabeza, soy de Fuerza Aérea y yo no abandono. Así que di un paso adelante, agarré mi paracaídas de emergencia, cerré los ojos con mucho miedo y salté”, recordó López.

Salto de bautismo de la primera mujer paracaidista

Una vez aprobado el curso, llegó la parte final: “El personal de Fuerza Aérea se tenía que presentar al día siguiente con el C-130 Hercules para hacer el salto de bautismo, estando arriba, nos alistamos y se abrió la puerta, éramos 60 paracaidistas tirándonos. Al saltar al vacío sentís un tormento y luego una paz, y estar con todos mis compañeros en el aire, es algo que no voy a olvidar nunca”

“Cuando tocamos tierra, nos abrazamos y no puedo expresar en palabras lo que se siente en ese momento, después de haber pasado tanto tiempo realizando un curso con ese nivel de exigencia física y mental”, comentó.

Otro momento de profunda emoción para la suboficial ocurrió durante la ceremonia de bautismo, cuando su madre le manifestó: “Te felicito, te convertiste en la primera mujer paracaidista en la historia de la Fuerza Aérea Argentina”

El día de su egreso, el 11 de mayo de 2012, lo recuerda de la siguiente manera: “Esto me marcó y estoy muy orgullosa de pertenecer a la Fuerza Aérea, de que me hayan dado esa oportunidad y creo que la Fuerza le está dando la oportunidad a miles de oficiales y suboficiales, soldados y personal civil, en muchos aspectos. Por mi parte, he aprovechado todas las oportunidades que la Fuerza Aérea me ha dado”

Una fuerza que no se detiene

En cuanto a sus aspiraciones a futuro, la suboficial principal relató que tiene muchas expectativas y puede dar mucho más a la Fuerza Aérea, “dar el doble de lo que me dio, no tengo algo sólido ahora mismo, pero sí tengo muchas expectativas, me siento más potenciada intelectualmente, más preparada y sé que tengo mucho para dar y se lo voy a dar a la fuerza”

Fuente: Noticias de Vuelo de la Fuerza Aérea Argentina

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