La inflación se disparó al 12,4 % en agosto y acumula un alza del 124,4 % interanual, informó el INDEC, lo que batió un récord que ya tenía más de 32 años.
En febrero de 1991, dos meses antes de la convertibilidad, los precios se habían disparado un 27 %.
Sólo en los primeros ocho meses del 2023 el IPC acumuló un alza de 80,2 por ciento.
Tras el dato de inflación, el Gobierno buscará tomar deuda en el mercado con bonos indexados al IPC y al dólar.
Además, se especula con una nueva suba de tasas de interés por parte del Banco Central.
El INDEC informó que el mes pasado “la división de mayor aumento en el mes fue Alimentos y bebidas no alcohólicas (15,6 %), producto de la suba en Carnes y derivados y Verduras, tubérculos y legumbres”
Le siguieron Salud (15,3 %) -principalmente por los aumentos en medicamentos- y Equipamiento y mantenimiento del hogar (14,1 %).
Ese primer efecto, según estimaciones privadas, también dejaría a septiembre en el terreno de los dos dígitos mensuales.
El Gobierno apuró medidas de compensación de ingresos para evitar que el fogonazo inflacionario del mes pasado y el corriente tengan un impacto pronunciado sobre el poder de compra de los salarios en las semanas previas a las elecciones y que eso provoque, por una suba marcada del precio de la canasta básica, un aumento de la incidencia de la pobreza en todo el país.
Asimismo, el Ministerio de Economía se involucró en negociaciones con empresas de consumo masivo y de otros rubros para buscar senderos de precios acordados para algunos bienes claves de la canasta básica.
Según información de la Secretaría de Comercio, aún cuando esas negociaciones se iniciaron hace casi un mes, días después del salto del tipo de cambio oficial, de las 425 empresas con las que se iniciaron conversaciones, aún quedan fuera de la firma de esos convenios unas 145.
La inflación, hasta antes de la devaluación, había encarado una tendencia -muy inicial y aún en niveles muy altos- en los últimos dos índices.