El terrible femicidio de las tres jóvenes que estaban desaparecidas en Florencio Varela, Buenos Aires, se encuentra bajo investigación y se manejan hipótesis relacionadas con una venganza organizada por una banda transnacional de narcotráfico. Las víctimas, Morena Verri (20), Brenda Loreley Del Castillo (20) y Lara Morena Gutiérrez (15), desaparecieron el viernes 19 de septiembre y fueron halladas asesinadas y descuartizadas en una casa de Florencio Varela.
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Este caso conmueve a la comunidad y ha movilizado a las familias, que realizan cortes de ruta y reclaman justicia, mientras las autoridades continúan con rastrillajes y detalles de la investigación para identificar y capturar a todos los responsables.
Las chicas fueron vistas por última vez subiendo voluntariamente a una camioneta en la rotonda de La Tablada, a la que las habían invitado supuestamente a un evento. Sin embargo, esta invitación resultó ser una trampa planificada por una organización narco con presencia en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano sur. La investigación apunta a que las jóvenes tuvieron contacto previo con integrantes de la banda y que este vínculo derivó en una represalia violenta por parte de la organización.
El hallazgo ocurrió en una vivienda ubicada en el cruce de las calles Jáchal y Chañar, donde se encontró olor a cloro, indicios de limpieza de la escena y tierra removida en el jardín. Los cuerpos estaban desmembrados, algunos en bolsas de residuos y tapados con escombros. La policía detuvo a cuatro sospechosos y busca a un líder narco peruano que estaría prófugo y ligado al crimen. La hipótesis central señala que el asesinato es una venganza por un robo de droga y dinero que involucra a una menor de edad y a la banda narcocriminal.
Investigación
Las hipótesis que maneja la policía son varias, sin embargo, algunas cobran más fuerza a cada minuto y con los hallazgos de las pesquisas:
- Represalia narco con componente de violencia de género: La hipótesis central indica que el triple femicidio es una brutal venganza de una banda narco peruana por un robo de droga y dinero. Sin embargo, la violencia extrema y desmembramiento de los cuerpos también refleja una dimensión de violencia de género, donde el femicidio se utiliza como método de terror para enviar un mensaje cruel y eliminar a quienes desafían a la organización criminal. La participación de una menor de edad añade una dimensión aún más dramática y cruenta.
- Emboscada y engaño con fines letales: Las jóvenes fueron atraídas con falsas promesas, ya sea de un trabajo o un evento social, y engañadas para subir a un vehículo. Este modus operandi revela un nivel de planificación fría y despiadada que trasciende el crimen común, mostrando una violencia premeditada dirigida a mujeres jóvenes, lo que potencia la angustia social y la demanda de justicia.
- Contexto sociocultural de violencia contra la mujer y narcotráfico: Este caso se enmarca en un contexto de alta violencia estructural en zonas con presencia narco, donde el femicidio se entrelaza con disputas criminales. La estrategia del crimen puede interpretarse además como una manifestación de poder machista dentro de la violencia narco que somete y elimina cuerpos femeninos para justificar el control y el miedo.













