El contraataque iraní llegó horas después de un ataque aéreo sobre su programa nuclear en Isfahán
El conflicto entre Israel e Irán alcanzó este viernes un nuevo pico de tensión, luego de que Teherán lanzara una andanada de misiles balísticos sobre territorio israelí en represalia por los bombardeos del ejército hebreo a instalaciones nucleares en Isfahán. Las alarmas antiaéreas sonaron en Jerusalén y otras ciudades, mientras crece la preocupación por una posible escalada regional.
El bombardeo israelí fue ordenado por el primer ministro Benjamin Netanyahu como parte de un “ataque preventivo” contra el programa nuclear iraní. Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), la ofensiva destruyó laboratorios, estructuras para la producción de uranio metálico y otros sitios considerados clave en el desarrollo atómico de la República Islámica. Medios estatales confirmaron que al menos 18 personas murieron, entre ellos científicos y altos mandos militares.
La respuesta de Irán no se hizo esperar: un centenar de misiles fueron lanzados contra ciudades israelíes, causando al menos siete heridos y obligando a la población a refugiarse ante el sonido de las sirenas antiaéreas. En un comunicado, el gobierno iraní afirmó que derribó dos aviones de combate israelíes durante la incursión y descartó cualquier posibilidad de desescalar el conflicto. “Nuestra respuesta fue legítima. No aceptaremos más provocaciones”, sostuvo el canciller.
La comunidad internacional reaccionó con alarma ante la gravedad de los hechos. Rusia condenó el accionar de Israel y se ofreció como mediador para evitar un conflicto mayor, mientras que China expresó su preocupación por las consecuencias de atacar instalaciones nucleares. Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) exigió el cese inmediato de las agresiones sobre centros atómicos, advirtiendo que “cualquier daño podría ser catastrófico para la región”.
Desde Israel, el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, aseguró que los bombardeos continuarán “con toda la fuerza” hasta cumplir los objetivos militares planteados. En tanto, los analistas internacionales advierten que el intercambio directo entre dos potencias históricamente enfrentadas podría desatar un conflicto de mayores dimensiones, con ramificaciones que amenazan la estabilidad de todo Medio Oriente.