Lo que parecía una bendición cayó como un rayo: la insólita historia de una mujer que confundió un millonario error bancario con un milagro.
Verónica Alejandra Acosta, vecina de San Luis, jamás imaginó que un simple depósito bancario cambiaría su vida —y no precisamente para bien. Un día cualquiera, al revisar su cuenta esperando la cuota alimentaria de siempre, se topó con una sorpresa digna de una novela: más de 510 millones de pesos que, en medio de la emoción, interpretó como una señal divina. Sin dudarlo demasiado, se fue de compras, ayudó a su familia y hasta se dio el gusto de comprarse un auto.
Electrodomésticos nuevos, materiales de construcción, comida, cerámicas, dos televisores y un Ford Kia modelo 2014 figuran entre los “souvenirs” que dejó la inesperada bonanza. Pero la alegría duró poco: lo que parecía una bendición resultó ser un grosero error del contador del Gobierno provincial, que derivó en una causa judicial por apropiación indebida de fondos públicos. Y no está sola: otras cinco personas también quedaron imputadas.
“Pensé que era un regalo de Dios, con tanta necesidad no dudé en usarlo”, dijo Verónica a medios locales. Según su abogado, ni siquiera fue notificada oficialmente del error: se enteró por un mensaje de WhatsApp enviado por una familiar, justo cuando la policía llegaba a su casa para allanar la vivienda. Le incautaron celulares y la Justicia le fijó una fianza de 30 millones de pesos para evitar que quede detenida, una cifra que su defensa considera “absurda”.
Mientras la causa sigue su curso, la Fiscalía intenta rastrear el dinero restante —ya recuperaron el 90%— y aún no imputó al contador responsable de la transferencia. Por ahora, el caso deja una advertencia insoslayable: cuando el cielo te mande una fortuna, asegurate de que no venga con cargos judiciales incluidos.