Laura LozanoEl Vaticano revela detalles sobre la última morada del pontífice, que rinde homenaje a sus raíces familiares y a su voluntad de simplicidad.
La última voluntad del Papa Francisco se cumplirá en su tumba, que será realizada con mármol de la región italiana de Liguria, como un tributo a la tierra de sus abuelos. Según las revelaciones de Vatican News, el sepulcro se ubicará en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, y será marcado con una inscripción discreta: “Franciscus”, acompañado de la reproducción de su cruz pectoral. La tumba, ubicada en un nicho cercano al Altar de San Francisco, reflejará la sencillez que el Pontífice solicitó para su descanso eterno.
El Pontífice había expresado en su testamento su deseo de ser enterrado en una tumba sin adornos ni ornamentaciones, un símbolo de su vida de humildad y cercanía con las personas. “Quiero descansar en la tierra”, escribió Francisco, con el deseo de que su tumba fuera un reflejo de su misión pastoral y su apego a sus orígenes. Este gesto, además de ser un homenaje a sus antepasados, también simboliza la espiritualidad del Papa argentino, que siempre se destacó por su cercanía al pueblo.
El viernes 25 de abril, el ataúd del Papa será sellado en una ceremonia presidida por el cardenal Kevin Farrell, Camarlengo de la Santa Iglesia Romana. Este acto marcará el final del velatorio público, que desde el miércoles ha recibido a más de 150.000 personas en la Basílica de San Pedro, que han ido a rendir homenaje al líder religioso. La capilla ardiente seguirá abierta hasta las 19 horas, antes de la misa de exequias que se celebrará el sábado 26 de abril.
El funeral del Papa Francisco tendrá lugar en la Plaza de San Pedro, a las 10:00 de la mañana, con la misa de exequias presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, en un evento que reunirá a líderes políticos y religiosos de todo el mundo. Entre ellos se destaca la presencia del presidente argentino, Javier Milei, quien ha confirmado su asistencia al evento para acompañar al Papa en su último viaje.
Respecto a los costos del entierro, Francisco había dejado claro en su testamento que los gastos del funeral y su traslado serían cubiertos por un benefactor. El Papa también dejó instrucciones precisas para que Mons. Rolandas Makrickas se encargara de la organización de todos los detalles logísticos. Con una gestión económica que se basó en el respeto a la simplicidad, el Pontífice dejó una última lección de humildad a sus seguidores.
Jujuy A Diario
Andrea M. Cabrera
