Laura LozanoCada símbolo fue elegido con intención: el nuevo pontífice apuesta por la unidad, la fe silenciosa y el poder del amor divino.
El Vaticano difundió este fin de semana el escudo oficial del papa León XIV, junto con su retrato institucional y el lema que eligió para acompañar su pontificado. Lejos de ser un simple emblema decorativo, el escudo resume su camino espiritual y marca el tono de lo que vendrá: una Iglesia centrada en la comunión y guiada por la tradición agustiniana.
El corazón en llamas, un símbolo que lo acompaña desde siempre
Uno de los elementos más llamativos del escudo es el corazón atravesado por una flecha, sobre un libro cerrado y envuelto en llamas. Es el emblema de la Orden de San Agustín y representa la herida del amor divino, que empuja a la búsqueda de la verdad. León XIV eligió este símbolo para recordar su propia vocación y la profundidad emocional con la que vive su fe.
Santa Mónica y el rol silencioso de las madres creyentes
En la parte superior del escudo aparece una flor blanca de pétalos abiertos. Es un homenaje a Santa Mónica, madre de San Agustín, símbolo de la fe persistente que se transmite de generación en generación. El Papa quiso incluirla como un gesto hacia tantas mujeres que sostienen la espiritualidad en la intimidad de los hogares.
Las llaves de Pedro, entre lo eterno y lo terrenal
Como en todos los escudos papales, no faltan las dos llaves cruzadas: una dorada y una plateada. Pero aquí, León XIV quiso darles un nuevo sentido, como signo de continuidad y puente entre la tradición y el presente. Las llaves no son solo poder; son servicio, apertura y diálogo.
“En Él, somos uno”: el lema elegido
El lema elegido, “In Illo uno unum“, es una frase tomada de San Agustín que habla de unidad en Cristo. En un tiempo donde el mundo y la Iglesia arrastran fracturas internas, León XIV propone volver al centro: una fe compartida, vivida en comunidad y guiada por el amor.
Jujuy A Diario
Andrea M. Cabrera
