El protagonista de esta historia se llama Chaba, y actualmente vive en un campamento de elefantes en Chiang Mai, Tailandia. BunMa, su mamá, durante mucho tiempo fue usada por unos explotadores que querían ganar dinero con sus trucos hechos para entretener turistas.
Es difícil imaginar que un animal tan grande pueda montar una bici, pero eso era lo le obligaban hacer, entre otras cosas y la historia se hubiera repetido con Chaba pero por suerte, su destino dio un giro inesperado y positivo para él y su madre.
Fueron salvados por lafundación Save Elephant: “Decidimos que era más seguro para ellos caminar hasta nuestro santuario. Después de dos horas de caminata, llegaron a ENP y fueron recibidos con un pastel de elefante”, contó Ry. Una vez allí le prepararon una tina acorde a su tamaño.

“Cuando nuestro equipo se enteró de la difícil situación de Chaba y su madre, BunMa, fuimos al campamento para ver cómo podíamos ayudarlos“
El rescatista contó como fue el rescate “encontramos a la madre y al bebé en un pequeño corral de cemento, sin ningún tipo de enriquecimiento, y a la madre con una cadena. Inmediatamente, quedó claro que ambos tenían salud afectada y necesitaban ayuda“
“Cuando nuestro equipo se enteró de la difícil situación de Chaba y su madre, BunMa, fuimos al campamento para ver cómo podíamos ayudarlos.” Luego de un tiempo, la fundación aseguró: “Le encanta jugar con el agua y chapotear. Mamá se aleja mientras juega y tiene un momento para relajarse. Ella está ganando confianza y está aprendiendo mucho” concluyeron.