En los últimos días se conocieron varios factores que infligieron la economía de Barcelona desde la partida de su ahora ex capitán Lionel Messi. Muchos están relacionados entre sí, porque el problema nace de la misma fuente: la ausencia de su jugador franquicia. Las pérdidas que se calcularon para el mercado de las camisetas de fútbol resultó impactante: al no poder vender casacas con el apellido del rosarino, el club español dejará de percibir entre 20 y 30 millones de euros por año. Es que, de diez camisetas que vendían del club, ocho llevaban su apellido.
Y surgió esta semana otra noticia que pone contra las cuerdas a la tesorería de la entidad catalana: 26 mil socios blaugranas pidieron no renovar el abono anual para ver los partidos desde las gradas del Camp Nou. Claro que eso golpea fuerte a la dirigencia, pero la razón es atemporal a la partida del rosarino: el plazo para solicitar la baja expiró el 1° de agosto, cinco días antes de que Barcelona anunciara la salida de Leo Messi. Es atemorizante imaginar el número de peticiones que la institución habría recibido en caso de haber extendido la fecha de expiración hasta el 6 de agosto.
La noticia fue anticipada por el programa Todo Cuesta, de Cataluña Radio. Unas 26.238 personas manifestaron esa intención al club. El número representa algo menos del 33% del total de hinchas asociados. En la temporada pasada, la cantidad de abonados que pidieron la excedencia fue de 17 mil, aproximadamente. La diferencia es notable. Si bien al hincha blaugrana no le resulta atractivo ver un Barcelona sin Messi, esta situación podría ser más grave si no fuera por ese detalle de calendario.