La implementación de la receta electrónica en Argentina es un paso significativo hacia la modernización del sistema de salud del país. A partir del 1 de enero de 2025, su uso será obligatorio, marcando un cambio radical en la forma en que se prescriben y gestionan los medicamentos. Esta medida, establecida por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, busca no solo mejorar la eficiencia operativa de las farmacias y prestadores de salud, sino también garantizar una mayor seguridad para los pacientes al reducir los errores en las prescripciones.
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El contexto para esta transformación digital se enmarca en un sistema sanitario que enfrenta desafíos como la polimedicación y la falta de trazabilidad en la dispensación de medicamentos. La receta electrónica permite automatizar chequeos y alertas sobre interacciones medicamentosas, lo que disminuye el riesgo de errores y mejora el seguimiento de los tratamientos14. Además, este sistema facilita un control más exhaustivo desde la prescripción hasta la dispensación, lo que es crucial para optimizar la atención médica y reducir costos.
Uno de los aspectos clave del DNU es la obligatoriedad del uso de plataformas electrónicas autorizadas para la prescripción. Estas plataformas deberán integrarse con historias clínicas digitales y sistemas de gestión sanitaria, lo que permitirá un flujo de información más eficiente y seguro13. Aunque las recetas en papel seguirán siendo válidas hasta diciembre de 2024, a partir del próximo año deberán ser reemplazadas completamente por recetas electrónicas, lo que implica una adaptación significativa para médicos, farmacias y pacientes.
La implementación gradual de esta normativa incluye un periodo de adecuación donde se espera que las provincias se adhieran a las nuevas regulaciones. Durante este tiempo, se coordinará con autoridades locales para asegurar que tanto los profesionales de salud como las farmacias estén preparados para cumplir con los requisitos técnicos necesarios. La capacitación adecuada será fundamental para garantizar una transición exitosa hacia este nuevo sistema digital.
Finalmente, la receta electrónica no solo representa un avance tecnológico; también es parte de una tendencia global hacia la digitalización en el ámbito sanitario. Países como Estados Unidos, Reino Unido y Australia ya han adoptado sistemas similares, lo que subraya la importancia de esta medida en el contexto internacional. Con su implementación, Argentina busca mejorar no solo la calidad del servicio sanitario, sino también aumentar la competitividad del mercado y minimizar costos operativos.