Con la vista fija en Roma y la expectativa a flor de piel, muchos se preguntan cuándo se sabrá finalmente el nombre del próximo Papa. Aunque el cónclave no tiene un límite de tiempo estricto, hay señales que podrían anticipar el desenlace de esta histórica elección.
Un proceso sin tiempo límite
El cónclave para elegir al sucesor de Pedro no tiene un límite temporal. La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996 y modificada por Benedicto XVI en 2007, establece que los cardenales electores tienen la libertad de deliberar el tiempo que necesiten. La única condición es que deben alcanzar un consenso con los dos tercios de los votos, lo que podría demorarse según las circunstancias. A pesar de que no hay un límite explícito, la normativa prevé ciertas medidas para agilizar el proceso si la votación se ve estancada.
¿Cónclave largo? Las tensiones internas
La situación actual del colegio cardenalicio podría generar una elección más prolongada. Si bien no se esperan cónclaves tan largos como los del pasado, donde las votaciones se extendían durante meses, los expertos advierten que la división de opiniones dentro del colegio podría hacer que los acuerdos entre los 133 cardenales tarden más en llegar. Sin embargo, esto no significa que el proceso vaya a alargarse indefinidamente, ya que existen mecanismos que limitan las votaciones una vez superadas las 34 rondas.
La historia reciente y sus plazos
Para poner en perspectiva las expectativas de tiempo, es útil recordar cuánto duraron las últimas elecciones papales. El cónclave que eligió a Karol Wojtyla (Juan Pablo II) en 1978 duró tres días, al igual que los de Benedicto XVI y Francisco, quienes fueron elegidos tras dos días y cuatro o cinco rondas de votación, respectivamente. A partir de esta experiencia, se espera que el cónclave actual no dure más de tres días, aunque la configuración del colegio cardenalicio podría alargar ligeramente el proceso.
El futuro cercano: ¿cuándo sabremos el nombre del nuevo Papa?
Con todo lo anterior en mente, los plazos más realistas para conocer al nuevo Papa apuntan al viernes 9 de mayo, posiblemente por la mañana. Si bien las votaciones podrían extenderse un poco más, parece improbable que el proceso se demore mucho más allá de ese día. A lo largo de esa jornada, el cónclave podría llegar a un acuerdo, y la famosa frase Habemus Papam resonaría en la Plaza de San Pedro, dando fin a una espera cargada de especulaciones y tensiones.