Los alimentos pueden desempeñar un papel crucial en la reducción del insomnio. Propiedades como la melatonina y el magnesio en ciertos alimentos ayudan a regular el sueño.
Opciones como bananas, almendras y cerezas son excelentes para este propósito.
Opciones frías incluyen batidos de frutas con yogur, que aportan probióticos y nutrientes.
Propuestas calientes como infusiones de manzanilla o leche caliente son reconfortantes y promueven la relajación.
Para quienes siguen una dieta vegetariana, los garbanzos y las espinacas son ricos en magnesio, mientras que el arroz integral aporta carbohidratos complejos que favorecen el sueño.