La nueva variante de Covid-19, denominada “Frankenstein” (nombre técnico XFG o Stratus), ha generado alerta internacional por su rápida expansión y características particulares. Surgida en Brasil a partir de la recombinación de dos linajes distintos del virus (LF.7 y LP.8.1.2), esta cepa ya circula en varias regiones de Brasil y Europa, y se estima que pronto podría llegar a Argentina.
Eñ rasgo más característico de la variante Frankenstein es la ronquera o pérdida de la voz (afonía completa en algunos casos), un síntoma inusual y que podría servir para detectar contagios temprano. Además, presenta los síntomas clásicos del Covid, tales como:
- Fiebre
- Dolor de garganta
- Tos seca
- Dificultad respiratoria
- Alteraciones del gusto y olfato
- Cefalea
- Cuadros digestivos como diarrea
Estos síntomas pueden confundirse con una gripe común, dificultando el diagnóstico preciso y sugiriendo que el número real de infectados podría ser mayor que el reportado.
La variante Frankenstein pertenece a la familia Ómicron y fue clasificada por la OMS como “variante bajo vigilancia” debido a su capacidad de crecimiento acelerado, aunque hasta el momento no se ha asociado con un aumento en la gravedad o tasa de hospitalización respecto a variantes anteriores.
La cepa surge de la fusión genética de dos subvariantes dentro de un mismo paciente, de ahí su nombre que hace referencia al monstruo “hecho de partes diferentes”
La presencia confirmada en Brasil, especialmente en Río de Janeiro, San Pablo, Ceará y Santa Catarina, y el seguimiento limitado en Argentina alertan sobre la necesidad de reforzar la vigilancia epidemiológica y la secuenciación genómica para detectar oportunamente su posible ingreso y circulación.
Las vacunas actuales mantienen su eficacia para prevenir formas graves, aunque se recomienda continuar con la vacunación y las medidas de precaución habituales. En Estados Unidos, la FDA actualizó advertencias sobre efectos adversos minoritarios relacionados con las vacunas, reiterando que su incidencia es muy baja.
Recomendaciones
Las autoridades sanitarias y expertos en salud pública insisten en la importancia de la vigilancia constante, el seguimiento de los síntomas típicos y atípicos, como la ronquera persistente, y la promoción de la vacunación para minimizar la carga clínica que esta variante pueda generar.
Esta nueva subvariante evidencia que, aunque la pandemia como tal se haya controlado en gran medida, el virus SARS-CoV-2 sigue mutando y adaptándose, permaneciendo como un riesgo para la salud pública que requiere monitoreo activo y respuestas rápidas.