Cómo y cuándo ventilar tu casa en invierno para evitar enfermedades

Basta con 10 minutos diarios para renovar el aire y cuidar la salud en casa.

Aunque en invierno cueste abrir una ventana por miedo a perder el calor acumulado, ventilar los ambientes es clave para mantener el aire limpio y saludable. Según especialistas, el hogar puede concentrar hasta diez veces más contaminantes que el exterior, lo que puede afectar directamente las vías respiratorias, el descanso y hasta provocar alergias.

Durante la noche, mientras dormimos, liberamos dióxido de carbono y humedad que se acumulan especialmente en los dormitorios. A eso se suman los vapores de la cocina, las duchas calientes y los productos de limpieza. Por eso, los expertos recomiendan ventilar todos los días —incluso en invierno— durante al menos 10 a 15 minutos, preferentemente entre las 7 y las 10 de la mañana, cuando el aire exterior está más limpio y hay menos partículas en suspensión como el polen.

Una buena estrategia es aprovechar la llamada ventilación cruzada: abrir ventanas opuestas dentro de la casa para generar una corriente natural que renueve el aire rápidamente. Esta técnica no solo reduce el tiempo de exposición al frío, sino que también mejora la circulación del aire sin necesidad de recurrir a dispositivos eléctricos.

En invierno, si la mañana está muy fría, otra opción es abrir al mediodía, cuando el sol ayuda a elevar unos grados la temperatura y a “desinfectar” naturalmente los ambientes. En verano, en cambio, lo mejor es hacerlo bien temprano o por la noche, para evitar que el calor se instale dentro de casa.

Así que ya sabés: si querés cuidar tu salud y la de quienes viven con vos, no te olvides de abrir las ventanas todos los días, aunque sea unos minutos.