“Chola” busca representar al país en el mundo y está hecho exclusivamente de botánicos de altura jujeños.
Chola surge de la maceración de 41 botánicos recogidos a más de 3 mil metros de altura en la provincia de Jujuy. Tiene una graduación alcohólica de 32 grados, algo más baja que la que tiene el fernet Branca, el más popular de su categoría en Argentina.
Detrás de esta bebida se encuentran Renato “Tato” Giovannoni, quien fue elegido este entre las diez personas más influyentes de la industria de los bares del mundo por la revista Drinks International, y Adrián Glickman, con quien creó el gin Príncipe de los Apóstoles, a base de yerba mate.

“En el brainstorming inicial de Chola empecé a pensar en el sol, en la cultura del altiplano donde la mujer tiene un rol de matriarca y está en contacto con todo el tiempo con la tierra. Buscamos un producto fuerte pero a la vez suave. Queríamos sacarlo del negro que es el fernet más comun que vemos acá y darle una pureza pero también estructura y solidez”, explica Giovannoni, dueño de Florería Atlántico, en diálogo con Clarín.
Por su parte, Glickman habló sobre la diferencia en la graduación alcohólica: “Pensamos en un paladar joven, más contemporáneo, por eso queríamos que se destaquen más las notas aromáticas. Otro diferencial: en nuestro producto no hay paso por madera”, apuntó.
Asimismo, explicaron que la trazabilidad juega un rol crucial en este proyecto. Dónde, cómo y quién cultivó cada botánico elegido es la información que provee Juan Ignacio Gerardi, asesor en sustentabilidad junto a la bióloga Florencia Barbarich, según explicó el mismo medio.
Ellos son los “guías espirituosos” de Chola, quienes -como ellos mismo explican- garantizan “un círculo benéfico detrás de cada planta usada”.

Cómo se lo toma
“Este fernet no lo hicimos para combinarlo con Coca, aunque funciona muy bien. Sobre todo con Coca Zero que es menos dulce. Con soda o tónica queda buenísimo y solo en las rocas, también”, especificó Giovannoni.

A su vez, contaron que la primera partida, de sólo 3 mil botellas, es sensible a la capacidad de producción de las mujeres que cultivan los botánicos. Glickman confía en que su formato Magnum llamará mucho la atención en las barras y en las vinotecas los cual les permitirá tener una entrada “respetuosamente desafiante” al mercado.
