Las tensiones entre Estados Unidos y China vuelven a escalar tras el aumento arancelario de Washington. Europa y Asia sienten el impacto con fuertes caídas en las bolsas y señales de recesión.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China volvió a tomar impulso este miércoles con un nuevo cruce de medidas económicas. En respuesta al arancel del 104% que impuso el gobierno de Donald Trump sobre productos chinos, Pekín elevó al 84% sus propios impuestos a las importaciones estadounidenses. Con este nuevo capítulo, el conflicto entre las dos mayores economías del mundo amenaza con seguir generando inestabilidad global.
China endurece su postura
Desde el gobierno chino, aseguraron tener “medios abundantes y una voluntad firme” para hacer frente a las políticas proteccionistas de Washington. El mensaje también incluyó un pedido directo a la administración estadounidense: respeto para sentarse a negociar. Mientras tanto, el gobierno de Xi Jinping continúa endureciendo su respuesta, ahora con una carga impositiva que vuelve aún más complejas las operaciones comerciales entre ambos países.
Europa también responde
La tensión no se limita al eje Washington-Pekín. La Unión Europea se prepara para votar una serie de medidas arancelarias como respuesta a los impuestos aplicados por Estados Unidos, principalmente sobre el acero y el aluminio. Bruselas analiza una represalia por un valor estimado en 28 mil millones de dólares, lo que podría dar paso a un frente comercial todavía más amplio y conflictivo.
Mercados en caída libre
La incertidumbre ya se traduce en números rojos. Las bolsas de Europa y Asia registraron este miércoles caídas de hasta el 5%. El índice Nikkei de Japón se desplomó casi un 4%, y otras bolsas asiáticas como Taipéi y Seúl también mostraron signos de alarma. En Europa, las principales plazas como París, Londres y Fráncfort registraron pérdidas de más del 2%. A esto se suma un desplome del petróleo, que volvió a niveles no vistos desde hace cuatro años.
EE.UU. abre una puerta a la negociación
Pese a la escalada, la Casa Blanca intenta enviar una señal de calma. Funcionarios cercanos al presidente Trump aseguraron que están dispuestos a negociar acuerdos bilaterales “a medida” con los países afectados. Sin embargo, los analistas coinciden en que el daño en los mercados ya está hecho y que la incertidumbre seguirá marcando el pulso económico mientras no se llegue a un acuerdo firme y global.