La tensión comercial entre las dos potencias escala con nuevas medidas que afectan el flujo de importaciones.
China anunció este viernes que incrementará al 125% los aranceles adicionales sobre productos importados desde Estados Unidos, en respuesta a las recientes medidas arancelarias adoptadas por Washington. La decisión fue comunicada por la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado, que calificó la política estadounidense como “intimidación unilateral” y contraria a las normas del comercio internacional.
La medida entrará en vigor este sábado y es parte de un endurecimiento generalizado de las relaciones comerciales entre ambos países. Según el gobierno chino, los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos no solo carecen de sentido económico, sino que “pasarán a la historia como una broma”. En un comunicado oficial, aseguraron que el mercado chino ya no puede absorber importaciones estadounidenses en estas condiciones.
Además del aumento arancelario, China concretó la presentación de una demanda ante el mecanismo de solución de disputas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Desde el Ministerio de Comercio chino señalaron que las acciones de Estados Unidos violan de forma flagrante las reglas del organismo y ponen en riesgo el sistema multilateral de comercio. “China defenderá firmemente sus derechos y el orden económico internacional”, remarcaron.
El portavoz de la cancillería china, Lin Jian, fue más allá en sus declaraciones, al advertir que si Estados Unidos desea resolver la disputa mediante el diálogo, debe primero abandonar “sus acciones imprudentes y tácticas de máxima presión”. Reiteró que Pekín no desea una guerra comercial, pero no dudará en responder si se ve amenazado: “No hay ganadores en estas guerras, pero China no les teme”.
El conflicto entre ambas economías vuelve a escalar tras varios meses de tensiones latentes. China insiste en que cualquier negociación debe basarse en el respeto mutuo, la igualdad y el beneficio recíproco. Mientras tanto, las medidas arancelarias ya impactan en múltiples sectores productivos y alimentan la incertidumbre global en torno al futuro del comercio internacional.