JUJUY A DIARIO

Cayó en Bariloche el gurú de una secta vinculada a la trata de personas y el narcotráfico

Durante décadas, Konstantin Rudnev se presentó como un chamán iluminado, pero tras él se escondía una oscura red de manipulación, abuso y tráfico de drogas.

Un líder espiritual o un estafador peligroso

Konstantin Rudnev, un autoproclamado gurú que aseguraba provenir de las estrellas, fue detenido en el aeropuerto de Bariloche cuando intentaba huir a Brasil. Su secta, Ashram Shambala, prometía iluminación espiritual, pero terminó siendo una organización investigada por trata de personas, abuso sexual y narcotráfico.

El hombre de origen ruso ya había sido condenado en 2013 a 11 años de prisión en su país por violaciones y distribución de drogas. Sin embargo, tras cumplir parte de su condena, logró salir de Rusia y continuó su actividad en la clandestinidad, expandiendo su red por Europa y América del Sur.

Una captura con tintes cinematográficos

La detención de Rudnev en Bariloche no estuvo exenta de dramatismo. Cuando los agentes de la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria lo interceptaron, el gurú intentó lastimarse con una hoja de afeitar que llevaba en su billetera. La rápida acción de los efectivos evitó que se hiciera daño y lo trasladaron bajo custodia.

En su equipaje encontraron cápsulas que, al ser analizadas, dieron positivo para clorhidrato de cocaína, sumando una nueva acusación a su historial delictivo.

Promesas de divinidad y abusos encubiertos

La secta de Rudnev operaba bajo la premisa de que sus seguidores estaban en un proceso de transformación espiritual. Los sometía a condiciones extremas, con jornadas de ayuno y pocas horas de sueño, asegurando que el sufrimiento era parte del camino hacia una nueva forma de existencia.

Uno de los aspectos más impactantes de su discurso era la afirmación de que sus discípulos estaban evolucionando a una “nueva raza” que no necesitaba comer ni tener dientes, ya que se alimentarían de energía divina.

Un final incierto para la secta

Con la captura de su líder, el futuro de Ashram Shambala es una incógnita. Sin embargo, las autoridades sospechan que la red sigue operando en distintos países de manera encubierta. La investigación continúa para determinar cuántas personas fueron víctimas de esta organización y qué otros vínculos mantenía en Argentina.

Por ahora, Konstantin Rudnev deberá enfrentar la justicia en el país donde intentó ocultarse. Su historia, que comenzó con promesas de iluminación, termina con una fuga frustrada y graves cargos en su contra.

Laura Lozano

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