El humorista que marcó a varias generaciones sigue presente en la memoria de los argentinos.
Este 13 de agosto se cumplen 100 años del nacimiento de Carlos Salim Balá, el inolvidable Carlitos Balá, que con su humor y sus gestitos conquistó a chicos y grandes. Nacido en 1925 en el barrio porteño de Chacarita, Balá inició su carrera de manera muy humilde: sus primeros shows los realizaba sobre el colectivo 39, donde los pasajeros se entretenían tanto que en más de una ocasión se pasaban de parada.

Su vida profesional abarcó radio, televisión, teatro, cine y circo, pero para él lo más importante siempre fue la familia. Con Martha Venturiello, su esposa durante 67 años, construyó un hogar lleno de risas y afecto. La primera vez que la vio fue en un casamiento, y a pesar de la timidez inicial, Carlitos la conquistó con su humor y morisquetas: “Nos conocemos de memoria. Así como es de exigente, Marthita también me da todos los gustos”, recordaba él con su característico tono cómico.

Balá también dejó una huella indeleble en la cultura popular con sus frases y gestos icónicos: “Un gestito de idea”, “¿Qué gusto tiene la sal?” o “Sumbudrule” forman parte del imaginario colectivo de varias generaciones. Su característico flequillo, conocido como el “corte Balá”, se convirtió en un símbolo inconfundible de su estilo y personalidad.

Para conmemorar el centenario, se lanzaron múltiples homenajes bajo el hashtag #Carlitos100, entre ellos un mural en la terminal de la línea 39, exposiciones artísticas, un taxi intervenido con su imagen y un especial televisivo por la señal Volver. Así, la memoria de Carlitos Balá sigue viva, recordando que el humor, la humildad y el amor familiar son los verdaderos legados de su vida.