Brutal escándalo en Avellaneda terminó con la suspensión de Independiente – U. de Chile

El duelo por Copa Sudamericana se convirtió en un campo de batalla que dejó heridos, detenidos y duras críticas.

El esperado cruce entre Independiente y la Universidad de Chile por los octavos de final de la Copa Sudamericana terminó en una noche de violencia y caos en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini. Apenas iniciado el segundo tiempo, los incidentes entre hinchas obligaron a suspender y finalmente cancelar el partido, que estaba 1-1 en el marcador.

Los disturbios comenzaron cuando simpatizantes chilenos arrancaron butacas, encendieron fuego y lanzaron proyectiles hacia la hinchada local. Las imágenes del enfrentamiento se viralizaron rápidamente en redes sociales y mostraron escenas de extrema gravedad. “Las cifras que manejamos hablan de más de 90 detenidos y al menos 10 heridos, tres en estado crítico”, confirmaron fuentes de seguridad cerca de la medianoche.

Las reacciones oficiales no se hicieron esperar. El presidente de Chile, Gabriel Boric, condenó lo sucedido: “Está mal en demasiados sentidos. La violencia entre las barras y la irresponsabilidad en la organización son inaceptables”. Desde el lado argentino, el presidente de Independiente deslindó responsabilidades: “Nosotros no tenemos nada que ver y vamos a defendernos en donde corresponde. El claro responsable es el simpatizante de U. de Chile”, afirmó en diálogo con TyC Sports.

Mientras tanto, los jugadores y el cuerpo arbitral permanecieron en los vestuarios hasta que la suspensión fue confirmada oficialmente. Lo que debía ser una fiesta del fútbol continental terminó empañado por un estallido de violencia que ahora investiga la Justicia, con el futuro del torneo en el aire y un fuerte cuestionamiento a los operativos de seguridad.